Crees que nadie te ve? ¿Piensas que nadie te escucha? Mientras los días se te escapan de las manos, las dudas te acechan de manera implacable. Tu pecho se ahoga en un mar de contradicciones. Hay pasos claves que no te animas a dar. Hablas hacia adentro, como quien esconde un secreto. Tus labios se mueven de manera casi imperceptible. Un llamado de auxilio es lanzado a la existencia a través del brillo de tus ojos. Este mensaje viene a tu encuentro, ¿pediste una señal?
Sin importar la edad, en muchas circunstancias de la vida nos sentimos como niños. Necesitamos que nos digan qué tenemos que hacer. Decidir es como intentar hacer una pirueta en el aire sabiendo que no hay red. Pretendemos que nos garanticen que alcanzaremos, con éxito, el otro extremo de la barra antes de dar el salto. Esos son los instantes críticos en que recordamos que existen fuerzas superiores, que cada uno invoca de la mejor manera que puede.
Nadie puede vivir por nosotros. Eso implica que ningún otro podrá mover nuestros pies. Es tiempo de que tomes tus propias decisiones. Si estás parado en una vereda que sentís ajena, comienza el regreso a tu hogar. No existen los mapas en las calles de la existencia. Guíate por el corazón, es una brújula maestra. No temas equivocarte, es una manera de aprender. Qué importa si te das algunos golpes, vas camino a tu casa. Recuerda... recuerda, busca en tu memoria antigua y reviví el calor del hogar.
No creas que soy ajeno a esta realidad. También me invaden las dudas cuando en el camino se cruzan el dolor, la pena o el sufrimiento. De todos modos, sé que estamos asistidos por seres que nos acompañan con su cálida luz cristalina. No están para evitar que recibamos nuestros aprendizajes, son quienes nos ayudan a ponernos de pié, y nos infunden el coraje necesario para intentarlo de nuevo.
Recuerda que nunca estás solo. Ten la certeza que tus palabras son siempre escuchadas. Las respuestas llegan, sólo debemos aprender a descubrirlas. Cada vez que superamos una instancia adversa, la energía del gozo recorre nuestro cuerpo, y un ángel sonríe al besar nuestra alma. ¿Necesitabas alguna prueba que confirme tus ruegos? Camuflado en forma de mensaje, hoy la existencia te acerca estas palabras para que recibas tu señal
Recuerda que Dios está siempre contigo