Caminare al infinito Señor mi alma necesita de tu luz. Recibir, para transmitir luego en campanadas de amor y paz.
Un espíritú inquieto sacude el agua de tus mares, se arremolinan vientos de cambios fuertes. Altas olas como si el agua se hiciera sentir golpeando sus costas con ímpetu y fuerza inusitada.
El viento acompaña acariciando con brisas las mañanas. Trae sonidos sublimes, inquietantes por su entrañable profundidad, conciertos de especies desde el más allá. El color azul verde rojo turquesa de los mares estas?. Fragancias agradables se entremezclan con desagradables aromas.
Cuesta tanto entender la vida frente a la muerte, espiritús de cielo en cada ser. Tal vez si cambiáramos la dirección del tiempo y respetáramos la vida después de la vida misma, la parábola sonaría diferente.
Preparemos el Ser para restablecer los cánones emblemáticos de cada existencia en nuestra amada tierra.
Cicatricemos heridas para entrenar y estrenar nuevos días. Me vestiré de color cielo, seré transparente como el agua, el viento sacudirá el alma, fragancias etéreas llevaran a lugares recónditos tu luz. Sentiré placer de renovar el Ser.
El águila.