Vosotros los mortales sois los hijos de Dios, y para que esta verdad se convierta en un hecho en vuestra experiencia personal, sólo se os pide una cosa: vuestra fe nacida del espíritu.
Libro de Urantia.
No basta que gracias a la venida del Espíritu de la Verdad, todos los seres humanos nos hayamos convertido en hijos de Dios, es preciso hacernos acreedores a este título, porque conocer la enseñanza no es conocer a Dios. "Se puede hablar del conocimiento, pero la verdad se experimenta. El conocimiento es una posesión de la mente, la verdad es una experiencia del alma, del yo en progresión.1455" que necesariamente requiere de nuestro discernimiento y voluntad.
Cuando nosotros en nuestro correo pinchamos el botón de "vaciar la carpeta de elementos eliminados", nos sale un aviso para asegurarnos que no estamos cometiendo un error y que en verdad deseamos eliminar esos documentos, pues exactamente lo mismo hace la Maestra vida con cada uno de nosotros. Nos entrega mucho material para nuestra evolución, siendo tal vez el más importante el conocimiento de nuestra filiación divina, pero a la vez constantemente nos pregunta ¿en verdad deseas ser un hijo de Dios? Debemos hacernos autoconscientes de este don y actuar en consecuencia, pues "Jesús sigue construyendo ese templo viviente, y los que así llegan a tener autoconciencia de que ellos son hijos de Dios, son las piedras humanas que integran este templo viviente de filiación, erigido para glorificar y honrar la sabiduría y el amor del Padre eterno de los espíritus.1747"
Nuestra filiación es fácilmente comprobable, porque tal como nos dijo Jesús, por nuestros frutos seremos reconocidos como hijos de Dios, "No hizo hincapié, aunque sí lo hicieron sus seguidores más adelante, sobre la lucha incesante entre el alma y el cuerpo. Más bien enseñó que el espíritu vencerá fácilmente a los dos y reconciliará eficaz y provechosamente muchos de los elementos de esta guerrilla entre intelecto e instinto.1741" porque "la característica fundamental de las enseñanzas de Jesús consistía en la moralidad de su filosofía originada en la relación personal del individuo con Dios, Jesús hacía hincapié en el individuo, no en la raza ni en la nación. Esta nueva religión no carecía completamente de implicaciones prácticas, pero todo valor práctico político, social o económico que se pueda hallar en sus enseñanzas, es una consecuencia natural de esta experiencia interior del alma tal como manifiesta los frutos del espíritu en el espontáneo ministerio diario de una genuina experiencia religiosa personal.1585"
"Aunque no podéis observar la obra del espíritu divino en vuestra mente, existe un método práctico que os permite determinar hasta qué punto habéis puesto el control de los poderes de vuestra alma al servicio de las enseñanzas y dirección de este espíritu residente del Padre celestial, y ése es: la magnitud de vuestro amor al prójimo. Este espíritu del Padre comparte el amor del Padre, y a medida que va dominando al hombre, lo conduce infaliblemente en la dirección de la adoración divina y del amor y respeto por los semejantes. 1642"
"Si somos sinceros en proclamar las verdades del espíritu, "El Espíritu atestiguará en vuestro corazón, que vuestro mensaje es genuino.1601" y nos resultará fácil es practicar la enseñanza porque "la comprensión de la filiación es incompatible con el deseo de pecar1683" y la adoración "es la técnica de encontrar en Dios, la inspiración para servir a muchos,1616"
Como podemos ver, la fe nacida del espíritu es totalmente operativa, no basta exclamar ¡Señor Señor! porque son nuestras obras e intenciones, las que en verdad tienen importancia a los ojos divinos
yolanda silva solano