La vida que soñamos se logra
gracias a las decisiones que tomamos
ante una multitud de oportunidades.
Escuchemos.
Prestemos atención a todos los mensajes.
A medida que los mensajes continúan llegando,
continuemos prestando atención
y discerniendo la Guía Divina.
Y sabremos cuándo es el momento
adecuado para actuar.
Al prestar atención
a nuestro intelecto y nuestra intuición,
percibimos mensajes,
tanto de nuestra Voz interior
como de los numerosos
encuentros y "coincidencias"
que experimentamos durante el día.
Estemos alertas, atentos y despiertos
y sigamos la guía que recibimos.
Y actuemos.
Actuemos siguiendo dicha guía.
Sin acción,
nuestras vidas no pueden avanzar ni progresar.
Nos comprometemos a la acción
confiando plenamente en Dios
y damos gracias por esta nueva Bendición
en nuestras vidas.
El reconocimiento
mantiene en movimiento
la Rueda de las Bendiciones.
Nuestra gratitud proviene
de la comprensión
de que lo que hemos logrado
no fue sólo el resultado
de nuestros talentos, destrezas y ambiciones,
sino que también hemos sido Bendecidos
y somos parte del proceso co-creativo.
Juguemos un papel activo en nuestras vidas
y resistamos la tentación de posponer las cosas,
conscientes de que nos sentimos bien
cuando somos diligentes.
Decidamos qué es lo que necesitamos mejorar
y seamos honestos con nosotros mismos.
No hay nada que perder
o de qué sentirse triste,
mas hay mucho por ganar.
Nunca soltamos algo
que ya no sea de valor para nosotros,
sin que el espacio que esto dejó libre
se llene con algo mejor
La fe es un jardín; la oración es la semilla
y la posibilidad yace escondida;
bajo la apariencia, cubierto por la duda,
el bien espera su oportunidad de brotar.
Sin indicio de declaración
de cuándo y dónde nacerá;
mas, el corazón esperanzado,
espera, sabe que la respuesta
brotará gracias a la oración.