En verdad, en verdad os digo que aquel que se gobierna a sí mismo es más grande que el que conquista una ciudad. El dominio de sí mismo es la medida de la naturaleza moral de un hombre, y el indicador de su desarrollo espiritual.»
Libro de Urantia. pág.1609
El autodominio es esencial en el camino evolutivo, porque para poder hacer la voluntad de Dios es preciso primero haber educado nuestra propia voluntad, para que ella no sea una veleta movida por el viento de los deseos y de las pasiones, sino que sea algo consciente y volitivo, pues bien sabemos que las únicas acciones que tienen valor de vida eterna, son las que logramos hacer en forma consciente pues "el Ajustador del Pensamiento recordará y volverá a recontar para ti sólo aquellos recuerdos y experiencias que son parte de tu carrera universal y que son esenciales para ésta. Si el Ajustador ha sido un socio en la evolución de alguna cosa en la mente humana, estas experiencias valiosas sobrevivirán en la conciencia eterna del Ajustador. Pero mucho de tu vida pasada y sus recuerdos, que no han tenido ni significado espiritual ni valor morontial, perecerá con tu cerebro material; mucho de la experiencia material desaparecerá como antiguos andamios que, habiéndote ayudado a pasar al nivel morontial, ya no tienen un propósito en el universo.1235"
Lo importante no es lo que hacemos, sino nuestro estado de conciencia al hacerlo y nuestra unión el espíritu divino que en nosotros mora y es presicamente ésto lo que permite que "no olvidéis jamás que hay tan sólo una aventura que es más satisfactoria y emocionante que el intento de descubrir la voluntad del Dios vivo, y ésa es la experiencia suprema de tratar honestamente de hacer la voluntad divina. No dejéis de recordar que la voluntad de Dios puede cumplirse en cualquier ocupación terrenal. No hay unas vocaciones que sean santas y otras que sean seculares. Todas las cosas son sagradas en la vida de los que son conducidos por el espíritu; o sea, subordinados a la verdad, ennoblecidos por el amor, dominados por la misericordia, y controlados por la ecuanimidad —la justicia. El espíritu que mi Padre y yo enviaremos al mundo es no solamente el Espíritu de la Verdad, sino también el espíritu de la belleza idealista. 1732
Nuestra vida podría ser muy diferente si tuviésemos más en cuenta estos conceptos, nuestra unión con nuestro Papá del cielo, sería algo fluído y natural, no necesitaríamos de días ni de horas determinadas para estar con él, porque en medio de nuestras actividades más corrientes lo sentiríamos junto a nosotros y nos empeñaríamos en educar nuestra voluntad, para que ella hiciera siempre no sólo lo que es correcto, sino también lo que es bello, porque "el hombre crece conscientemente desde lo material a lo espiritual, por la energía y el poder de sus propias decisiones.12822
La voluntad hay que educarla, debemos crearnos ciertas normas personales que vallan dándole fuerza y poder para cuando nos toque enfrentar los imprevistos propios de nuestra vida humana. Por eso es bueno por ejemplo en la noche fijarnos una hora para levantarnos al día siguiente y ser fiel a ella, un día determinado dejar de comer azúcar o sal, esperar unos minutos antes de tomar agua cuando tenemos mucha sed... en fin detalles simples en apariencia que van robusteciendo nuestra voluntad, porque ella es igual que nuestros músculos, si no se usa se atrofia. Estas prácticas no hay que tomarlas como un sacrificio sino como un ejercicio para nuestro mejor estado espiritual ya que Dios no necesita de nuestra inmolación sino de nuestro amor.
"La vida humana consiste en tres grandes impulsos: ímpetus, deseos y atracciones. Un carácter fuerte, una personalidad imponente, se adquiere tan sólo mediante la conversión del impulso natural de la vida en arte social del vivir, transformando los deseos presentes en esos anhelos más elevados que son capaces de un logro duradero, mientras que la atracción común de la existencia debe ser transferida de las propias ideas convencionales y establecidas a los dominios más elevados de las ideas no exploradas y de los ideales no descubiertos.1772
"En un mundo en continuo cambio, en medio de un orden social en evolución, es imposible mantener propósitos rígidos y establecidos de destino. La estabilidad de la personalidad tan sólo puede ser experimentada por los que han descubierto y abrazado al Dios viviente como meta eterna de alcance infinito. El transferir de este modo el propio objetivo del tiempo a la eternidad, de la tierra al Paraíso, de lo humano a lo divino, requiere que el hombre se regenere, se convierta, nazca nuevamente; que se vuelva el hijo recreado del espíritu divino; que gane el ingreso en la hermandad del reino del cielo1775"
Recordemos pues que "El dominio de sí mismo es la medida de la naturaleza moral de un hombre, y el indicador de su desarrollo espiritual.»
yolanda silva solano