La semilla es pequeña, / pero rompe cualquier piedra, cualquier roca / y la hace florecer
¿Cuántas veces creemos que lo que podemos hacer es mínimo o no alcanza? ¿En qué situaciones específicas atamos la posibilidad de accionar a los logros aspirados y cuando comprendemos que es difícil que lleguen, la soltamos? ¿Qué espacio de posibilidades nos abrimos al considerar poco cualquier intento? ¿Por qué callamos, elegimos no decir, optamos por no hacer, apagamos el sentir?
Como la semilla, la mínima acción es capaz de romper la roca e instalar la promesa de una flor. Una sola palabra puede determinar un encuentro positivo, generador de acuerdos, proveedor de soluciones. La sonrisa que se escapa cuando no se la espera puede facilitar una consideración distinta, un minuto más de tiempo dedicado al otro, un pensamiento más profundo sobre una idea. La idea generosamente ofrecida es capaz de explotar en un proyecto que haga más fácil la vida de todos. El reconocimiento volcado al pasar puede fortalecer una autoestima, cambiar la forma en que alguien percibe su obra, soltar la creatividad a volar sin excusas.
Semillas, pequeñas, pero poderosas. Y al alcance de todos.
¡Hasta pronto!
YNDYA