El esfuerzo no siempre produce el deleite, pero no hay felicidad sin esfuerzo inteligente.
Libro de Urantia. Pág.556
El esfuerzo muchas veces nos puede parecer cansador y agobiante mientras lo hacemos, pero cuando hemos conseguido el objetivo, se apodera de nosotros una tremenda satisfacción, al comprobar que nuestro trabajo no fue en vano, nuestra autoestima crece sanamente, porque ese mismo éxito nos va dando fuerzas para entusiasmarnos a hacer nuevas y mejores cosas. Esto es válido para nuestras trabajos en la parte material y humana, pero también para nuestra realización espiritual, pues la evolución no es algo que nos caiga gratuitamente del alto cielo, ni gracias a nuestras súplicas, sino que ella requiere de un gran esfuerzo personal y mucha voluntad, para que nuestro espiritu domine nuestra mente.
El esfuerzo no solamente es algo que los seres debamos hacer por nuestra condición de humanos, porque lo mismo ocurre en todo el universo, nada es gratis, mucho menos la esporitualidad. " Al contemplar las luchas incesantes de las criaturas por alcanzar la perfección de estado y la divinidad del ser, no podemos sino creer que estos esfuerzos sin fin, reflejan la lucha incesante del Supremo por la autorrealización divina. Dios el Supremo es la Deidad finita, y debe enfrentarse con los problemas de lo finito en el sentido total de esa palabra. Nuestras luchas con las vicisitudes del tiempo en las evoluciones del espacio son reflejos de sus esfuerzos por alcanzar la realidad del yo y completar la soberanía dentro de la esfera de acción, que su naturaleza evolutiva está expandiendo hacia los límites más extremos de la posibilidad. A lo largo y a lo ancho del gran universo el Supremo lucha por expresarse. Su evolución divina se basa en cierta medida en la acción y sabiduría de toda personalidad en existencia. Cuando un ser humano elige la supervivencia eterna, está cocreando el destino; y en la vida de este mortal ascendente el Dios finito, encuentra una medida mayor de autorrealización de la personalidad y una ampliación de la soberanía experiencial.1284
Cuando le tomamos el peso a la repercusión cósmica que nuestras acctuaciones tienen, nuestros esfuerzos toman otra dimensión, porque es maravilloso saber que " La humanidad no asciende sin esfuerzos en el universo, tampoco evoluciona el Supremo sin acción inteligente y propósito. Las criaturas no alcanzan la perfección por sola pasividad, ni tampoco puede el espíritu de la Supremacía factualizar el poder del Todopoderoso sin el ministerio y servicio incesante a la creación finita.1284
Estas reflexiones las debemos tener en cuenta, cuando nos sintamos cansados y desanimados, al ver que nuestros esfuerzos no están alcanzando el éxito que deseábamos, porque nuestras acciones, más allá de sus resultados aparentes, tienen valor en la medida que las hacemos en forma consciente y unidos a nuestro Espíritu residente, porque "la experiencia de una vida religiosa dinámica, transforma al individuo mediocre en una personalidad de poder idealista. La religión sirve al progreso de todos porque fomenta el progreso de cada individuo, y el progreso de cada uno es aumentado por el logro de todos.1094
Pero los logros, los éxitos no sólo requieren de esfuerzo sino también de paciencia, porque ellos son paulatinos, debemos darles el tiempo necesario para que la semilla de nuestros deseos y de nuestros esfuerzos fructifiquen. A lo único que debemos estar alertas es a no dormirmos en nuestros laures o a morir en el intento, porque lo que no es permisivo, es el quedarnos quietos, sin esfuerzos y sin aspiraciones materiales y espirituales, porque " todos los conceptos estáticos, muertos, son potencialmente malignos. La sombra finita de la verdad relativa y viviente está en continuo movimiento. Los conceptos estáticos invariablemente atrasan la ciencia, la política, la sociedad y la religión. Los conceptos estáticos pueden representar cierto conocimiento, pero les falta sabiduría y están desprovistos de verdad. Pero no permitas que el concepto de relatividad tanto te desoriente, que no puedas reconocer la coordinación del universo bajo la guía de la mente cósmica, y su control estabilizado por la energía y el espíritu del Supremo.1436
Permitamos que nuestra mente y nuestro corazón aprenda a encontrar la verdadera felicidad en nuestros esfuerzos cotidianos, porque "nada de lo que hace un hijo de Dios es ordinario.2049"
yolanda silva solano