ACEPTAMOS A LA MENTE INFINITA COMO GENERADORA DE TODA
SABIDURIA CAUSA Y EFECTO
Hay un solo poder, un solo Dios, una sola mente y desde esa mente se proyectan Pensamientos generadores de vida y sabiduría. Somos un pensamiento proyectado desde la mente sabia de Dios.
Los tres grandes planos son el físico, el mental y el espiritual. Desde este último se manifiestan todas las causas primordiales y sus efectos son la sabiduría, la paz y el amor.
En el plano mental existe la mente infinita de Dios generando pensamientos, que a su vez generan energía, que dan existencia a lo que conocemos como campos mentales, emocionales y físicos.
Los pensamientos que decodifica el cerebro humano, para adaptarlos al mundo de las formas, nada tienen que ver con esa masa viscosa llamada cerebro. Este simplemente recibe, analiza, archiva y proyecta, desde las redes neuronales al complejo nervioso, la información necesaria para que los músculos de los órganos físicos, puedan mover el cuerpo y efectuar todas las funciones necesarias para que el verdadero ser espiritual pueda aprender lo necesario del mundo de las formas.
Por lo tanto, todos los pensamientos provienen de la misma y única fuente, la mente infinita de Dios.
Si el hombre esta evolucionado, usará esta poderosa energía mental, para proyectar en su mundo y el que lo rodea, pensamiento de luz, paz y amor.
A través del principio universal del mentalismo, esta poderosa energía plasmará en el mundo físico la precipitación deseada, canalizada a través de la Ley. Podemos analizar el plano mental de esta forma:
1) La mente infinita de Dios. Esta proyecta un pensamiento divino dando vida al campo mental delYO SOY individual.
2) Este proyecta un rayo de vida primordial que conforma la mente finita humana.
3) Luego, el cerebro decodifica la información recibida clasificándola, evaluándola y archivándola (memorizándola). A través de pequeñísimos impulsos eléctricos (detectados y evaluados por un electroencefalógrafo) el cerebro humano transmite información por la red nerviosa. Estos impulsos eléctricos culminan su viaje movilizando los distintos músculos y órganos del cuerpo físico.
PD. Pero el hombre con su poder de libre albedrío deja que su mente albergue toda clase de pensamientos, los cuales por supuesto no provienen de la mente de Dios.