[… personificación de Cristo]
… e iba Amor con su balde de nácar recogiendo congojas,
fracasos, desdichas;
se sentaba al lado del dolor y le hablaba, acariciaba su frente
y le extendía las manos al irse;
tal era su trabajo por viviendas y calles, escuelas y parques,
e igualmente recorría aviones, metros, autobuses, ascensores…
… y su jornada no tenía fin;
y cuando rodilla en tierra inspiraba y apretaba la barbilla al pecho,
adquiría fulgor;
… la última vez que lo vi fue al claroscuro de ayer:
cogiéndome de la mano, me ayudó a subir las últimas rampas de la madrugada.
Orión