Así, cuando abro mis ojos en la mañana y observo la luz del día, siendo que tengo la certeza de que tantas personas sobre la tierra nunca lo han hecho, ni podrán hacerlo jamás... cuando oigo el dulce canto de los pájaros, cuando millones de mis hermanos no pueden ni podrán hacerlo nunca....
Cuando,subo los veinte peldaños de la escalera de mi habitación, mientras millones de mis hermanos humanos, no solamente no podrían subir ni los primeros cinco peldaños porque están enfermos, sino que otros aunque quisieran y tuviesen la fuerza física o salud para hacerlo, no tienen esa posibilidad porque carecen de piernas, siento que soy privilegiada de Dios y lo agradezco con toda mi alma...con todos esos regalos de mi Hacedor en mi haber, pido que me de mucha fuerza y más amor para entender y ayudar a esos millones de mis hermanos que carecen de todos los privilegios que a mí me permite disfrutar...
pero no solamente aquellos que carecen de facultades físicas, porque aún con tales limitaciones pudiera ser que sean felices, sino de aquellos que teniendo tanto no lo perciben...pido por y para aquellos que teniendo a su alcance la posibilidad de ser felices no pueden entender que es dentro de ellos mismos y por su propia convicción como pueden lograr el éxito de sus vidas, representada en una existencia armónica, en paz consigo mismo y su entorno.... donde los valores trascendentales como el amor, el respeto, la consideración, el reconocimiento, la sensibilidad, la solidaridad, la lealtad, la aceptación, la generosidad y la caridad, no son físicos o tangibles y por lo tanto no se requieren para obtenerlos de ningún recurso que no sea la propia voluntad y la nobleza de alma