No estas preparado
Cuando uno de los discípulos anunció su propósito
de enseñar a otros la Verdad,
el Maestro le propuso la siguiente prueba:
- pronuncia un discurso en mi presencia
para que yo pueda juzgar si estas preparado.
El discurso fue realmente inspirado,
y al acabar se acercó un mendigo al orador,
que se puso en pie y regaló su capa
al mendigo para edificación de la asamblea.
Más tarde le dijo el Maestro:
- tus palabras estuvieron llenas de unción,
hijo mío, pero aún no estás preparado.
- ¿Por qué?, preguntó desilusionado el discípulo.
- Por dos razones:
porque no has dado al mendigo la oportunidad
de expresar sus necesidades y porque no has
superado el deseo de impresionar
a los demás con tu virtud.
Fuente: ¿Quién puede hacer que amanezca?