El amor es un grito sublime
entre los demàs sentimientos humanos.
El amor nos da fuerza,
nos agranda el corazòn,
nos ensancha la vìa de acceso
hacia todos los deseos.
El amor es esa fuerza inagotable
de ansias de vivir,
que apresuradamente trota
desde el aura hasta el alma misma.
El amor es sentir,
es decir, gritar, sonreír y llorar a la vez.
El amor es el más hermoso color
que aún nadie haya podido detallar.
El sonido del amor
no tiene límites en sus decibeles.
El amor nos hace gigantes,
poetas, compositores,
escritores principiantes
hasta perder la nociòn de la realidad circundante.
El amor nos hace gozar de una temporada
de locuras coherentes,
de febriles sensaciones,
de esperanzas y vivencias
que se transmiten
en cada beso,
en cada abrazo,
en cada despedida
hasta un después más.
El amor en un te quiero,
fluye salpicado de ternura.
Todo lo vence
con una vehemencia casi inextinguible,
con ansias de detener nuestro tiempo.
El amor es amar a la vida,
es amar a nuestro amor;
es la complacencia casi eterna
de reir, de llorar, de pensar, de cantar,
de entregar y de usar a toda capacidad
el corazón, la piel, los cinco sentidos.
El amor en resumen
es un prodigio de mucho más.
Se podrá definir de infinitas formas,
pero nunca dejará de ser
el más sublime sentimiento
que nos haga vivir,
que nos haga flotar en una gloria imperecedera
con su enorme poder.
Porque el amor es
eso y todavìa màs !
JULIO ENRIQUE CEPERO