DE OBSERVADORES A ACTIVOS
Mitzi
“Si de ser ciudadanos responsables y competentes se trata, cualquier edad es idónea!” Esa fue mi reacción en voz alta tras leer la contundente carta que un adolescente escribió a la policía de mi país donde, entre otras cosas, le solicito el retiro inmediato de los agentes apostados en un recinto universitario. El adolescente vio por la TV escenas donde agentes comenzaron a dar macanazos a un grupo de estudiantes que pintaban consignas en una calle del recinto durante el proceso huelgario que se lleva a cabo y su indignación fue tal que decidió desahogarse y escribió pensando en guardar la carta para sí, pero más tarde pensó que sería bueno hacer llegar su sentir a las autoridades y así lo hizo. Su carta fue muy bien recibida y con esto se da ejemplo de que cuando con respeto se expresa lo que se siente la democracia se robustece.
Para comportarnos como ciudadanos responsables, ciudadanos que nos ocupamos en lo que ocurre en nuestro entorno, no hace falta seguir unas reglas específicas, sino ser conscientes de nuestra responsabilidad en la sociedad y comportarnos con respeto a los derechos humanos. Son destrezas que nosotros mismos definimos para lograr una mejor convivencia. Un ciudadano responsable identifica y analiza las situaciones civiles y políticas que le rodean, identifica las necesidades de las personas que le rodean y propone remedios específicos. Un ciudadano responsable conoce y usa estrategias creativas que sirvan de opción para decisiones colectivas. En la carta que sirve de apoyo al discurrir de mi pensamiento, el adolescente envía en mensaje contundente a la sensibilidad humana inherente aun en aquellos que funcionan como agentes de orden público al cuestionarle si actuarían de igual modo en sus intervenciones con los huelgarios si fueran sus hijos quienes protestan. La frase reza así: “Yo sé que son ordenes de arriba, pero, si fuera tu hijo o hija que recibe violentamente un macanazo? Que harías? El solo hecho de escribir la carta es indicio de responsabilidad ciudadana asumida. Es tomar acción como persona que convive en comunidad.
Al reconocer que somos seres parte de una comunidad amplia, buscamos saber, conocer e informarnos. Al prestar atención a los acontecimientos de nuestro entorno generamos análisis crítico y con ello las competencias ciudadanas que son imprescindibles para la vida en democracia: solidaridad, sensibilidad, empatía y el reconocimiento de los derechos del otro. Así fue como este adolescente pasó de observador a activo, y así como el, nosotros también.