La globalización de nuestro Planeta es ya un hecho totalmente consumado, gracias a la rapidez de las comunicaciones, no solamente de las oficiales, sino de una forma muy preponderante a través de las Redes Sociales, las cuales son usadas por una inmensa mayoría que no hace distingo ni de raza, color ni edad. Por una parte esto es muy bueno porque nos hace sentir mucho más unidos de lo que nunca antes lo habíamos estado, y bien sabemos que " “el mantenimiento de una civilización mundial, depende de que los seres humanos, aprendan cómo vivir juntos, en paz y fraternidad” 911 pero como todo tiene otra cara, la globalización también nos hace perder cada vez más nuestra individualidad y cada día nos convertimos en una masa maleable a la opinión de los demás, de allí nace el consumismo sin freno y el afán desmedido por ser los mejores y para conseguirlo, muchas veces no importan lo medios, porque prima el tener éxito monetario para poder consumir más, sin importar como esto afecta al Ser y la vida de los demás. La moda se ha convertido en el eje de la conducta moral y la abundancia material, la razón para vivir. Nadie está despreciando el dinero o haciendo una oda a la pobreza ni mucho menos, Jesús nos dijo que “ no hay pecado ninguno en tener posesiones honestas en la tierra, siempre y cuando no conviertas la riqueza de posesiones materiales, en tesoros que absorban tus intereses y desvíen tu afecto de la devoción a los asuntos del reino, porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón” 1821
Hoy en día hay una "competencia despiadada que se basa en el egoísmo de miras estrechas, la cual a la larga, destruye aquello que procura mantener, pues la motivación egoísta y exclusiva del lucro, es incompatible con los ideales cristianos y mucho menos con las enseñanzas de Jesús.805" porque "la religión es válida sólo cuando revela la paternidad de Dios e intensifica la hermandad entre los hombres.1572"
Los que aspiramos a tener no una religión, ni una moral que nos ate, sino una espiritualidad que nos dé la libertad de discernir por nosotros mismos, debemos tener cuidado de no caer en la globalización vigente de las mentes y esforzarnos por mantener la individualidad que nos otorga el ser hijo de Dios, porque "la Paternidad de Dios y la fraternidad del hombre presentan una paradoja de la parte y el todo en el nivel de la personalidad. Dios ama a cada individuo como hijo individual de la familia celeste. El amor del Padre individualiza absolutamente cada personalidad como un hijo único del Padre Universal, un hijo sin duplicado en el infinito, una criatura volitiva irremplazable en toda la eternidad. El amor del Padre glorifica a cada hijo de Dios, iluminando a cada miembro de la familia celestial, perfilando agudamente la naturaleza única de cada ser personal frente a los niveles impersonales que se hallan fuera del círculo fraterno del Padre de todos. 138" Entonces ¿cómo entregar a otros el don tan preciado de nuestro libre albedrío? "¿Acaso no os dais cuenta de que la esperanza de una nación mejor o de un mundo mejor, está vinculada con el progreso y esclarecimiento del individuo? 1630"
El mundo no cambiará ni por las leyes, ni por los mandatos, sino en la medida que cambie el individuo, que deje de ser masa y se convierta en PERSONA con su propio criterio y sobre todo con su relación individual con su Creador, porque sólo entonces "la mente del hombre se vuelve mediadora entre las cosas materiales y las realidades espirituales.1776" porque el mundo está como lo vemos por la gran dicotomía que existe entre lo que decimos es nuestra religión y lo que hacemos en la vida diaria. Tenemos confinado a Dios a determinados momentos del día o de la semana, pero olvidamos que él mora en nuestro interior y que aún cuando " el más grande de todos los misterios impenetrables de Dios es el fenómeno de la residencia divina en la mente de los mortales, el cuerpo físico de los mortales es «el templo de Dios.26."
Asumamos pues nuestra responsabilidad y transformemos la globalización deshumanizada, en esa hermandad que sea capaz de cambiar el mundo. Recordemos que “ cuando todos los pueblos de Urantia creen un gobierno mundial, tendrán el derecho y el poder de hacer que dicho gobierno sea SOBERANO y cuando esa potencia mundial representativa o democrática, controle las fuerzas terrestres, aéreas y navales del mundo, la paz en la tierra y la buena voluntad entre los hombres podrá prevalecer.” 1489 pero para que esto deje de ser una utopía, cada uno de nosotros debe ser soberano de su propia indicidualidad, no permitiendo que nuestra mente sea devorada por las ideas ajenas, mientras nuestro discernimiento duerme, como un animalito sin conciencia.
yolanda silva solano