Había una vez un derviche que estando sentado en
contemplación, notó que había una especie de demonio
a su lado. El derviche le dijo: "¿Por qué estás
ahí quieto sin hacer maldades?"
El demonio levantó la cabeza con aburrimiento y respondió: "desde que aparecieron tantos teóricos y pretendidos maestros del Camino, yo ya no tengo nada que hacer.