El hombre que anhela la plena libertad, debe recordar que todos los demás hombres también anhelan lo msmo´
Libro de Urantia. Pág.1490
Los seres humanos somos muy dados a recordar lo que personalmente nos conviene, pero se nos olvida que Jesús nos pidió que hiciéramos con el prójimo lo mismo que deseamos para nosotros y es precisamente en la libertad, en donde menos se da esta correspondencia a todo nivel. La gran mayoría de las veces la libertad se ve menoscaba por el exceso de protagonismo y de poder, de allí que "sólo la hermandad puede impedir que los fuertes opriman a los débiles.805"
A lo largo de la historia hemos visto, como las guerras mal llamadas santas, se han ocasionado por la intolerancia que reclama una libertad que no se le permite al supuesto enemigo. "la paz religiosa y la fraternidad, no pueden existir a menos que todas las religiones estén dispuestas a despojarse completamente de toda autoridad eclesiástica, y a renunciar plenamente a todo concepto de soberanía espiritual. Sólo Dios es el soberano espiritual. No es posible que exista igualdad entre las religiones (libertad religiosa) sin guerras religiosas, a menos que todas las religiones consientan en transferir toda soberanía religiosa a un nivel sobrehumano, a Dios mismo. El reino del cielo en el corazón de los hombres creará la unidad religiosa (no necesariamente la uniformidad), porque todos y cada uno de los grupos religiosos, compuestos de estos creyentes religiosos, estarán libres de toda noción de autoridad eclesiástica y soberanía religiosa. Dios es espíritu, y Dios dispensa un fragmento de su ser espiritual para que resida en el corazón del hombre. Espiritualmente, todos los hombres son iguales. El reino del cielo no reconoce castas, clases, niveles sociales ni grupos económicos. 1487
"La soberanía es poder, y crece mediante la organización. Dicho crecimiento de la organización del poder político es bueno y apropiado, porque tiende a abarcar segmentos cada vez mayores de toda la humanidad. Pero este mismo crecimiento de las organizaciones políticas, crea un problema en cada etapa intermedia entre la organización inicial y natural del poder político, la sociedad y la familia y la resultante final del crecimiento político, debería ser el gobierno de toda la humanidad, por toda la humanidad y para toda la humanidad. 1490"
Pero entrando en el área chica, que nos atañe a todos, hay un campo en donde muy a menudo se nos olvida el respetar la libertad ajena y es en el plano de las relaciones humanas y de una manera especial en la parte emocional y en la relación de pareja. Cuando hablamos del Amor, pensamos en el romanticismo y en la entrega al ser amado, pero pocas veces nos detenemos a pensar que el amor para que sea verdadero debe ser enteramente libre, porque él al igual que la religión no se puede imponer ni atar a costumbres o preceptos, porque se convierte en una muerte anunciada. Una de las cosas más difíciles de practicar, es respetar la libertad mutua de amar a la propia manera y no como al otro le gustaría que fuese. Declararse afectivamente libre es promover el amor sin opresión y también sin dependencia, conscientes que "la libertad es una técnica autodestructora de la existencia cuando su motivación no es inteligente, es incondicionada, e incontrolada. La verdadera libertad está progresivamente relacionada con la realidad y es por siempre respetuosa de la equidad social, la justicia cósmica, la fraternidad universal, y de las obligaciones divinas.613"
La adicción amorosa es igual de perniciosa que los celos, porque en la primera, la dependencia hace perder la propia libertad y en los celos manipulamos la libertad ajena y en ambos casos el amor se ausenta rápidamente. Debemos aprender a tener vida propia y dejar que las otras personas también la tengan, porque es la única forma de ser verdaderamente libres, lo cual requiere de un trabajo interior pues "uno es libre de elegir y de actuar,sólo dentro del reino de la propia conciencia.377"y cuando se ha alcanzado un cierto grado de autodominio.