Cuando los sentimientos del servicio para con vuestros semejantes surjan en vuestra alma, no los ahoguéis; cuando las emociones del amor por vuestro prójimo desborden en vuestro corazón, expresad estos impulsos de afecto en un ministerio inteligente de las necesidades auténticas de vuestros semejantes».
Libro de Urantia. Pág.1745
Si en verdad los que nos decimos hijos de Dios, viviéramos lo que nos aconseja la cita de hoy ¡qué diferente podría ser nuestro entorno y por ende el mundo! Las críticas y los reclamos están siempre en nuestros juicios y no tenemos dificultad alguna en manifestarlos, porque "la lengua es algo que muy pocos pueden dominar, pero el espíritu interior puede transformar este órgano poco dócil en una dulce voz de tolerancia y amor.1640" Somos muy generosos con la crítica, pero muy parcos en la alabanza merecida, en las demostraciones de afecto y de cariño incluso con nuestros seres más cercanos, muchas veces tenemos un verdadero bloqueo emocional que nos impide demostrar con hechos y con expresiones nuestro cariño. Se nos olvida que no basta amar, es preciso saber demostrarlo a través de una caricia, de un beso, de una palabra amigable, de un gracias dicho de corazón, de una sonrisa, de un abrazo de oso, de un te quiero...Gestos al parecer pequeños y sin importancia, pero que son trascendentales para mantener viva la llama del amor que Jesús vino a enseñarnos, el cual debemos prodigar no sólo a los más cercanos sino a todos, incluyendo a los que no nos gustan porque "si tan sólo aprendéis a amar a los que os aman, estaréis destinados a vivir una vida limitada y mezquina.1739"
La dificultad de saber expresar nuestro cariño, tiene mucho que ver con la forma en que fuimos criados, en el afecto que recibimos en la infancia, lo cual también nos debe hacer reflexionar en la forma en que estamos educando a nuestros hijos y nietos. El cariño jamás debe ser sinónimo de consentir en forma indiscriminada, se puede corregir muy bien sin necesidad de gritar, ni muchos menos descalificando o diciendo groserías. La palabra es siempre creadora y tiene un inmenso poder, pero no es sólo lo que decimos, sino también el tono que empleamos al hablar y como expresamos nuestros sentimientos y emociones. La ciencia hoy en día afirma que es factible que el afecto recibido durante la infancia, determine la manera de darlo en el futuro y marque la personalidad pues está comprobado que una persona que carece de afectos suele ser rígida, posesiva y a veces insensible y violenta. Carece de empatía porque nadie la tuvo don ella, no tiene ningún referente y no sabe como actuar, aún cuando en su interior esté sintiendo algo muy diferente a lo que demuestra, esto ocurre con mucha frecuencia con la gente tímida.
Todos tenemos necesidad de tocar y ser tocados, de amar y ser amados, sólo que algunos tenemos más facilidad para demostrarlo, lo cual es un privilegio porque el amor retenido puede convertirse en sufrimiento. Un abrazo puede ser una verdadera demostración de cariño, porque al darlo afirmamos nuestra capacidad de descubrir la ternura y la alegría que hay en nosotros y la riqueza interior que nos nutre y que estamos dispuestos a compartir, porque "el amor no es más que el deseo de hacer el bien a los demás. 648"
Si queremos que nuestra evolución espiritual sea real, debemos preocuparnos de una manera muy especial de la forma como nos estamos expresando, porque "deberíamos comenzar a liberarnos de la esclavitud del temor y la duda, al entrar en una nueva vida de fe y esperanza.1745" pues "el amor es la esencia de la religión y la fuente de una civilización superior, porque la fe transforma al Dios filosófico de probabilidad, en el Dios salvador de certeza en la experiencia religiosa personal.1124" la cual a su vez, debe encontrar su expresión en el amor que profesamos a nuestro prójimo, como una forma no sólo de amarlas sino también de atraerlas al amor del Padre, porque "muchas almas puede ser conducidas mejor a amar al Dios invisible, si primero conocen el amor de los hombres a quienes sí pueden ver.1727
Los hijos de Dios, deberíamos tener la sensibilidad a flor de piel, para ser capaces de imitar a Jesús que siempre comprendió los problemas humanos y trató de solucionarlos no sólo en forma espiritual, sino también materialmente. Como cuando después de un día de prédica, se dió cuenta que esa multitud podía haber sido saciada espiritualmente, pero que eran humanos, y como tales tenían hambre y no dudó en alimentar a esa multitud con unos pocos panes y peces. Nosotros también deberíamos convencernos, que "ningún hombre es extraño para el que conoce a Dios. En la experiencia de encontrar al Padre en el cielo descubres que todos los hombres son tus hermanos, y ¿qué tiene de raro que uno se regocije con el encuentro con un hermano recién descubierto? Conocer a nuestros hermanos y hermanas, entender sus problemas y aprender a amarlos, es la suprema experiencia de la vida.1431
Si aprendemos a amar a nuestros semejantes sin excepción, jamás sentiremos que la soledad nos roe el corazón, porque estaremos aceptando el consejo de Jesús cuando nos dice: "Interésate por tus semejantes; aprende a amarlos y aguarda la oportunidad de hacer algo por ellos, algo que estás seguro de que ellos lo quieren» y luego citó el antiguo proverbio judío: «Un hombre que quiere tener amigos debe mostrarse amistoso1431" Pero no basta hacer algo por ellos, es preciso detenernos para ser capaces de descubrir lo que ellos en verdad quieren, lo cual requiere de empatía, delicadeza y amor. Muchas veces lo que más quieren no son bienes materiales sino lo que más necesitan son justamente de esos pequeños grandes gestos que hablabámos en un comienzo, una sonrisa, una palabra cariñosa, un abrazo, un te quiero...todo esto hecho sin una razón aparente, en forma natural y espontánea, simplemente porque hemos logrado convencernos a nosotros mismos que "el amor es lo mas grande del mundo 2047"