Esta primera actividad del Ser Supremo hace que la Substancia Raíz Cósmica
tenga todas las magnitudes y extensiones posibles para que cualquier Jerarquía
o Dios individual pueda manifestar Vida en su propia creación según sean sus
posibilidades evolutivas. Por tanto es preparada como campo de operaciones
donde las Jerarquías Creadoras puedan formar las Constelaciones, en sentido
físico, así como los Esquemas de Mundos en sentido espiritual. Esta
Substancia Raíz Cósmica responde a cualquier “invocación” o “vibración”
causada por las Jerarquías y Dioses y, como en realidad contiene la doble
polaridad de Espíritu-Materia, de ella se forman los mundos de diferentes
grados de materia y vibración. Dada la gran variedad de vibraciones, ángulos,
formas, etc. de los átomos primarios a partir de la influencia de los Aspectos
del Ser Supremo, se forman las agrupaciones en los diferentes niveles según
el principio de selectividad, por tanto a cada mundo y división (o dimensión)
le corresponde un tipo específico de átomo y, a su vez, un determinado grado
de conciencia. Como hemos dicho, el Ser Supremo está ayudado por Siete
Jerarquías Creadoras, también llamadas “Los Siete Espíritus ante el Trono”,
que ya comenzaron su evolución en otras manifestaciones anteriores.

Podríamos concluir esta exposición diciendo que los mundos de más
elevada vibración y más sutil substancia ocupan mayor espacio que los más
cristalizados y densos, por tanto, el Séptimo Plano Cósmico (comenzando
por el superior o Ser Supremo) donde crea nuestro Dios es el que menos
espacio ocupa, (de forma similar a nuestro cuerpo físico que es el que
menos ocupa respecto al cuerpo etérico, astral, mental, etc.) sin embargo es
infinito a la visión del ser humano. Esto es lógico si pensamos que en este
plano cósmico donde se encuentra la materia que llamamos física, es el
campo de operaciones de una gran cantidad de Dioses como nuestro Creador
que, a su vez, están evolucionando dentro de la manifestación de otros Dioses
más elevados que son los creadores de las Galaxias y Constelaciones.

A partir del trabajo básico e imprescindible del Ser Supremo ayudado por
las Jerarquías Creadoras, se constituyen el resto de los Mundos Cósmicos
según las necesidades de sus creaciones. Estas Jerarquías estructuran la
Substancia Raíz Cósmica teniendo en cuenta los esquemas del Ser Supremo y
sus propios esquemas, además son los encargados de mantener la manifestación
a través de su propio Poder y Aspecto también llamado “Rayo”. A partir de estas
Siete Jerarquías y según se van formando los Mundos Cósmicos, otros se van
haciendo cargo de cada una de las subdivisiones de los mundos, donde
utilizarán la Substancia Raíz Cósmica y sus principios de poder para
dar la “densidad” necesaria según las necesidades del Plan Divino. La
formación de los Planos y Subplanos Cósmicos está basada en la combinación
de los éteres o átomos primarios de forma similar a la formación de los elementos
químicos de nuestro planeta los que a su vez están
formados por diferentes átomos físicos.
EL SISTEMA SOLAR: Sabemos que la Ley de Polaridad existe en todo el
EL SISTEMA SOLAR: Sabemos que la Ley de Polaridad existe en todo el
Universo manifestado y, según la memoria de la naturaleza así como la
información de las Jerarquías Creadoras que guían la evolución de la
humanidad, toda manifestación tiene su origen en los Tres Aspectos Divinos
de sus creadores obrando sobre esa misma Substancia Raíz Cósmica
compuesta de Espíritu-Materia. Por tanto, nuestro sistema solar no puede
ser diferente, nuestro Dios se manifiesta gracias a sus aspectos de
Voluntad, Amor y Actividad; aspectos que nosotros también estamos
desarrollando como Espíritus diferenciados por Él mismo y a través
del renacimiento en cuerpos físicos.

Pero lo mismo que nosotros tenemos nuestro origen y estamos desarrollando
esos poderes gracias a la labor de Dios y de otras Jerarquías Superiores,
así mismo, Dios ha tenido su origen y ha llegado a ser un Dios Creador
de un Sistema Solar gracias a otras Jerarquías Superiores a Él. Por tanto,
parece ser, que el origen del esquema de mundos donde nosotros estamos
evolucionando (como de nuestro sistema solar) está relacionado con un
trabajo de incalculables proporciones donde están implicadas las jerarquías
e iniciados de los grupos de estrellas que conocemos como Osa Mayor
, las Pléyades y la Estrella de Sirio.

“Como es arriba es abajo” y si el Ser Supremo se manifiesta a través de
Siete Grandes Planos Cósmicos, nuestro Dios lo hace en el séptimo Plano
Cósmico del Ser Supremo copiando ese mismo esquema y, por tanto,
creando Siete Mundos de diferente grado de densidad de “materia” o
vibración. Pero lo mismo que nosotros utilizamos un cuerpo físico, Dios
utiliza el Sistema Solar como campo evolutivo propio y para sus oleadas
de espíritus; y lo mismo que nuestro verdadero ser tiene su origen (como
chispa divina) en Dios, así mismo, toda chispa divina sea del grado de conciencia
que sea, tiene su origen en el Ser Supremo con la única diferencia de que
el “nacimiento” de esa “Conciencia Individual” puede tener lugar en diferentes
niveles dentro de los Siete Planos Cósmicos. Así es que nosotros, como
individuos, tenemos nuestro origen y hemos nacido del Ser que llamamos
Dios porque Él nos ha diferenciado de Sí Mismo, sin embargo, la vida
espiritual es una en el Ser Supremo y, por tanto, nosotros y nuestro Dios
tenemos nuestro origen en el Ser Supremo que
es la primera manifestación de lo Absoluto.

Es lógico pensar que lo mismo que nosotros somos un Rayo de la Chispa
Divina (Mónada o Espíritu Virginal) diferenciada en el Mundo de los Espíritus
Virginales pero desarrollando los poderes del Triple Espíritu desde las
regiones superiores del Mundo del Pensamiento y gracias a los cuerpos
“materiales” que llamamos personalidad, nuestro Dios tenga centrada
Su conciencia en el Tercer Plano Cósmico (mental) pero que se manifiesta
físicamente en el Séptimo o Físico. Por tanto, lo mismo que nosotros no
somos la personalidad pero sí obtenemos fruto de ella en cada
manifestación (renacimiento) así mismo Dios obtiene cierto desarrollo
de cada una de sus manifestaciones físicas aunque su verdadero Ser
se encuentre en otro Plano Cósmico por encima del Séptimo.
Nosotros estamos evolucionando para alcanzar la meta que llamamos “Dios”
y Su Conciencia y para ello debemos prepararnos para ir recibiendo las
iniciaciones, según alcancemos esas iniciaciones así obtendremos “poder”
para ser superhombres, semidioses y finalmente dioses. Parece ser que en
cada iniciación asisten al menos tres Seres de gran espiritualidad y Poder,
los que (según cuál sea la iniciación) manejan ciertas energías que pueden
estar relacionadas con otros planetas, mundos, sistemas solares o incluso
constelaciones. Por tanto, antes de la manifestación de Dios, Él tuvo que
ser también iniciado en algún grado cósmico que le permitiera ser creador
de nuestro sistema solar, de ahí que podríamos pensar que nuestro
Dios y su creación están íntimamente relacionados con otros Dioses
que le “iniciaron” desde la Jerarquía gobernante de Sirio. De ahí, por tanto,
procede el esquema de mundos creados por Dios.
