"En lo que requiere diligencia, no perezosos;
fervientes en espíritu, sirviendo al Señor"
(Romanos 12:11)
Hay una energía divina que
irradia a través de nosotros hoy,
y damos gracias.
Esta energía fluye
por medio de nosotros
y nos ayuda a cumplir
con todo lo que tenemos que hacer.
Expresamos diligencia y entusiasmo
cuando saludamos a nuestros vecinos,
cuando emprendemos nuevas tareas
o cuando oramos.
Expresemos un espíritu de energía
y seamos positivos y alegres.
Hagamos, hasta de la tarea más trivial,
una actividad interesante y emocionante.
El poder del entusiasmo abre puertas
de bendiciones maravillosas,
es la esencia misma
del espíritu en acción.
Vivamos cada día con celo y entusiasmo,
nuestra vida está llena de bendiciones.
MARTA BRIGIDA DANEY