
Francisco Nieto
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Para explicar lo que el título de este artículo indica, antes que nada debemos saber qué somos. La humanidad, como Espíritus, comenzó su descenso hacia el mundo físico con una conciencia de sueños sin ensueños (similar a la del mineral actual) Era un Espíritu creado por Dios y tenía todos los poderes de su creador en forma latente pero no era autoconsciente de sí mismo (como no lo son los animales) y necesitaba serlo, por eso tuvo que descender desde los mundos espirituales hasta el mundo físico donde desarrolló varios cuerpos y pasó por varios estados de conciencia. Desde entonces hemos recorrido medio camino a través del cual hemos adquirido cuatro cuerpos que son los que utilizamos para nuestro propio desarrollo a través de la experiencia aquí en el mundo físico; éstos son:
1º.- Un cuerpo físico a través del cual, y de sus sentidos, experimentamos, aprendemos y guardamos en la memoria para que, después de la muerte, podamos extraer el beneficio y las lecciones correspondientes de nuestra vida aquí en la tierra.
2º.- Un cuerpo vital o etérico que es el que vitaliza el cuerpo físico. Es el asiento de la memoria y tiene una relación directa con la conciencia, el funcionamiento del organismo y la salud.
3º.- Un cuerpo de deseos o emocional como base de nuestros sentimientos y deseos, buenos o malos. Este cuerpo fue más fuerte cuanto más atrás en el tiempo y actualmente todavía domina en gran parte a la mente haciendo que el hombre se comporte, muchas veces, más como animal que como humano.
4º.- Un cuerpo mental con el cual debemos adquirir conocimiento, razonar y discernir para dominar el cuerpo de deseos y elevar nuestra conciencia a los mundos espirituales.
Por encima de estos cuerpos y utilizándolos como expresión y medios de desarrollo está el Yo superior o Ego, el cual se manifiesta como voluntad, intuición y conciencia.
Al igual que tenemos cuatro cuerpos para poder expresarnos en el mundo físico como seres con sentimientos, deseos, emociones, pensamientos y voluntad, existen siete mundos y estamos evolucionando en los cuatro inferiores de cuya materia están formados los cuatro cuerpos mencionados. En su momento y ya como iniciados abandonaremos el mundo físico (no renaceremos) y continuaremos nuestro desarrollo en los superiores. Estamos en el mundo más denso de los siete que componen el esquema donde estamos evolucionando actualmente y, por lo tanto, necesitamos de un cuerpo que sea de la misma materia en el cual seamos conscientes para así poder empezar ese camino de iniciación a través de nuestros diferentes cuerpos.
COMIENZO DE LA EVOLUCIÓN: Existen diferentes Jerarquías u oleadas de Espíritus creadas por Dios antes que la nuestra, que están evolucionando en los mundos superiores y que nos han ayudado a alcanzar el estado actual de desarrollo físico y de conciencia. Antes de ese despertar al mundo físico que llamamos “estado humano”, teníamos la conciencia dentro de nosotros (similar al sueño) y pasamos por unos estados de conciencia similar al vegetal y al animal, siendo este último el paso previo para ser humano. Al final de la Época Lemúrida y principios de la Atlante, la Jerarquía creadora conocida como los Señores de la Mente nos dieron el germen de la mente como vehículo futuro, (el cual tenemos que desarrollar en este período para razonar nuestros deseos y sentimientos) pero estábamos totalmente dominados por los deseos que ya lo teníamos como cuerpo instintivo o emocional que nos llevaba a actuar casi como animales. Desde entonces el hombre ha ido desarrollando la mente hasta su estado actual y es por medio de ella como debemos dominar los otros vehículos para que sean los instrumentos adecuados para la evolución del Yo superior y para alcanzar la iniciación.
EVOLUCIÓN DEL DESEO: Si no hubiera cuerpo de deseos no habría evolución puesto que es el que nos da el incentivo para la acción, el deseo nos hace evolucionar y a la vez evoluciona a través de la experiencia y el renacimiento.
En un principio fue el deseo quien nos introdujo en el mundo material para hacernos valer por nosotros mismos, (ser egoístas en sentido general y crueles por nuestro instinto de supervivencia animal) sin embargo gracias a la ley de Causa y Efecto el hombre aprendió a convivir y compartir con los demás.
Actualmente el hombre está aprendiendo a imponer su mente razonadora sobre su cuerpo de deseos para poder dirigir voluntariamente su destino, hemos impuesto la razón sobre el instinto y los deseos animales.
En el futuro llegaremos a controlar los deseos y emplearemos la mente para ir donde nuestro ser interno nos dirija en busca de la iniciación, ya que en cada vida evolucionamos y nuestro Yo Superior nos guía.
EVOLUCIÓN ACTUAL: Podríamos decir que hay muchas iniciaciones ya que evolucionamos a través del Renacimiento y de la ley de Causa y Efecto y más aún cuando sabemos que “iniciar” es comenzar una nueva etapa. Quiero hacer dos distinciones respecto a la iniciación.
1ª. La preparación o camino: A todos nos llega el momento, tarde o temprano, de sentir cierta inquietud o interés por ser mejores moral, intelectual y espiritualmente, unos porque ya nacen con esa tendencia y se esfuerzan y otros por medio de religiones o escuelas esotéricas; todos buscamos los medios para cambiar nuestra forma de pensar y actuar.
Cuando ocurre esto solemos tener mucha prisa por ser mejores y no nos damos cuenta de que vamos o somos algo ciegos todavía, la meta es: Adquirir experiencia, desarrollar la voluntad, espiritualizar el carácter y desarrollar la mente.
Yo definiría este camino con las siguientes etapas:
1ª. - VOLUNTAD: La voluntad es el poder del Espíritu y como tal debemos desarrollar o fortalecerla como hacemos con los músculos. Para desarrollarla debemos tener un método o proceso y este método nos puede venir por cualquier medio (libros, personas, esfuerzo constante propio...) Mientras haya voluntad estaremos más predispuestos para acelerar nuestro desarrollo individual. También es importante no tener prisa, sino constancia para que no haya pausas; todos estamos subiendo a la cima de la montaña y no podemos entretenernos tampoco mucho en contemplar las flores.
2ª. - DISCIPLINA: Es muy importante, debemos practicar algún ejercicio y oraciones todos los días y en determinados momentos para crearnos un hábito que haga aumentar nuestra espiritualidad. Las oraciones, las meditaciones, la atención constante o las lecturas devocionales y las que nos haga elevarnos en la mente hacia lo abstracto ,son muy importantes para ampliar la conciencia.
3ª.- CONOCIMIENTO: Cuando estamos preparados contactamos con la Sabiduría oculta para asimilar un nuevo conocimiento que nos hace descubrir quiénes somos, a dónde vamos y cómo podemos desarrollar el Espíritu. Este conocimiento nos lleva a comprender que nos queda mucho por recorrer y que tenemos que aprovechar todas las oportunidades y experiencias de la tierra.

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