La creencia llega al nivel de la fe cuando motiva la vida y da forma a la manera de vivir.
Libro de Urantia. Pág.1114
Leyendo la cita, nos damos cuenta que el mundo está lleno de creyentes de las diversas religiones que llenan los templos los días sábados o domingos y se hacen grandes peregrinaciones de vez en cuando, pero ante esta realidad cabe preguntarse, entonces ¿por qué el mundo está como lo vemos? La respuesta es simple, porque hay muchos creyentes, pero muy pocas personas que realmente vivan su fe en la vida diaria, sus creencias no son su forma de vivir, sino que está circunscrita a un simple estar de acuerdo con verdades aprendidas en la niñez. En cambio cuando la fe ha sido discernida por el cerebro, el espíritu y el corazón, no puede dejar de aplicarse en la propia vida, porque el actuar bien, deja de ser una obligación o un deber y se convierte en una verdadera motivación, porque "la rectitud experiencial es "un `placer y no un deber.1574 pues "las mentes observadoras y las almas discriminadoras conocen la religión cuando la encuentran en la vida de sus semejantes. La religión no requiere definición; todos conocemos sus frutos sociales, intelectuales, morales y espirituales.1119" y cuando logramos incorporarlos a nuestra vida y aprendemos a descubrirlos en los que nos rodean, nuestra vida cambia en forma radical, porque empezamos a encontrar el verdadero sentido a todo lo que nos rodea y vamos viendo los vasos medios llenos, en vez de verlos medios vacíos, porque un optimismo sano nos comienza a compañar, porque "una felicidad en crecimiento constante, es siempre la experiencia de todos los que están seguros de Dios.1766"
La seguridad en Dios, no significa que podamos defirlo o conocerlo realmente, porque nuestra mente finita y limitada no nos permite sino imaginar sus múltiples e infinitos atributos, pero lo importante no es conocer a Dios, sino sentirlo en nuestro corazón y amarlo como nuestro Padre, porque "el deseo religioso es la búsqueda hambrienta de la realidad divina. La experiencia religiosa es la realización de la conciencia de haber encontrado a Dios. Y cuando un ser humano encuentra a Dios, experimenta en el alma una indescriptible inquietud de triunfo en el descubrimiento de que se ve impulsado a perseguir el contacto de servicio amante con sus semejantes menos iluminados, no para revelar que ha encontrado a Dios, sino más bien para permitir que el desborde de eterna bondad que rebasa su propia alma, refresque y ennoblezca a sus semejantes. La verdadera religión conduce a un mayor servicio social.1121" y si ella no nos induce a preocuparnos y amar más a nuestros hermanos compartiendo los frutos de nuestro espíritu, quiere decir que somos creyentes como la gran mayoría, pero que estamos lejos de ser personas de fe, porque las enseñanzas de Jesús no han logrado hacerse carne de nuestra carne.
Esta comunión con Dios, no quiere decir que estemos libre de los avatares propios de nuestra naturaleza humana, por el contrario tal vez en alguna ocasión nos veamos sometidos a pruebas mayores que los que no tienen fe, pero ellas nunca serán un castigo ni un olvido de Dios hacia nosotros, muy por el contrario, los problemas siempre serán una oportunidad para crecer moral y espiritualmente, porque "las dificultades pueden desafiar la mediocridad y derrotar al temeroso, pero sirven de estímulo a los verdaderos hijos de Dios, porque "los mortales muchas veces aprenden sólo a través de la experiencia de sus tribulaciones.556"
La espiritualidad basada en una fe verdadera, tampoco nos transforma en ángeles de luz incapaces de cometer errores, pues si débiles como somos tenemos un tremendo ego, podemos imaginar lo insoportable que seríamos si fuésemos impecables. Mientras estemos vivos tendremos que tener paciencia con nosotros mismos y saber perdonarnos cada vez que tropecemos con las mismas piedras, lo importante de la espiritualidad es que estos tropezones, en la medida que avanzamos en el Camino, se van espaciando y cuando llegamos a caer nos levantamos enseguida, porque sabemos que tenemos un Padre que nos comprende y nos ama y que en la medida que nosotros nos perdonemos, también seremos capaces de perdonar a nuestros hermanos y a la vez Dios nos perdonará a nosotros.
Despojemos cada día más a nuestra fe de los prejuicios y también de los ritos, porque lo único que nos sirve como pasaje a la eternidad es la experiencia personal, la cual debe estar llena de esperanza y alegría porque "la verdadera fe tiene el propósito de disminuir el esfuerzo de existencia, libera la religión y da valor a la vida diaria y al servicio desinteresado, promueve la vitalidad espiritual y los frutos de la rectitud."
yolanda silva solano