Os ofrezco la libertad de la vida y el regocijo de la salvación.
Jesús, Libro de Urantia. Pág.1792
Jesús vino para enseñarnos a amar a su Padre que también es el nuestro, por tanto nos libera "de las cadenas del prejuicio y de las tinieblas de la tradición.1792" porque ya no hay pueblos escogidos, ni se puede "comprar la salvación, ni ganar la rectitud, porque la salvación es el don de Dios, y la rectitud es el fruto natural de la vida nacida del espíritu de la filiación en el reino. No seréis salvados porque viváis una vida recta, sino que viviréis una vida recta porque ya habéis sido salvados, habéis reconocido la filiación como un don de Dios y el servicio en el reino como el gozo supremo de la vida en la tierra. Cuando los hombres creen en este evangelio, que es una revelación de la bondad de Dios, serán conducidos al arrepentimiento voluntario de todo pecado. La comprensión de la filiación es incompatible con el deseo de pecar. Los creyentes en el reino tienen sed de rectitud y hambre de perfección divina.1683"
¡Qué lejos quedan los "no harás" por miedo a las penas del infierno! ahora el camino es el amor filial por un Padre que nos ama sin reserva, lo cual no quiere decir que sus hijos estén libres del pecado, porque "la posibilidad del mal es necesaria para la elección moral, pero la actualidad del mal no lo es . Una sombra es sólo relativamente real. El mal actual no es necesario como experiencia personal. El mal potencial actúa igualmente bien, cuando es un estímulo para la decisión en los reinos del progreso moral, en los niveles más bajos del desarrollo espiritual. El mal se vuelve una realidad de la experiencia personal, sólo cuando una mente moral hace del mal su elección.1458" porque siempre " los hombres deben tomar su propia decisión. Existe cierta gama de libertad de selección que los mortales pueden ejercer. Las fuerzas del mundo espiritual no obligan al hombre; le permiten tomar el camino de su elección.1802
La libertad espiritual va de la mano de nuestro libre albedrío, podemos disfrutar de ella siempre y cuando seamos conscientes no sólo de nuestras acciones, sino también de nuestros pensamientos y de nuestras emociones, porque todas ellas van marcando nuestro camino evolutivo, porque la libertad personal no se puede conseguir a costa del bien ajeno porque "los fuertes no pueden mirar con desprecio a los más débiles. 999" pues "la verdadera libertad es socia del genuino autorespeto y la falsa libertad es cónyuge de la autoadmiración. La verdadera libertad es el fruto del autocontrol en cambio la falsa libertad, es la suposición de la autoafirmación. El autocontrol lleva al servicio altruista; la autoadmiración tiende a la explotación de los demás, para el engrandecimiento egoísta del individuo errado, que está dispuesto a sacrificar el logro recto para tener poderío injusto sobre sus semejantes.614
Jesús nos liberó de nuestras propias cadenas, porque "como criaturas nuevas, renacidas del espíritu, se os enseña a creer y a regocijaros. En el reino del Padre habréis de transformaros en criaturas nuevas; las cosas viejas habrán de perecer; he aquí que os muestro cómo todas las cosas se han de renovar. Y por vuestro amor mutuo, convenceréis al mundo de que habéis pasado de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida eterna. Por el viejo método buscáis suprimir, obedecer y conformar a las reglas del vivir; por el nuevo camino, primero seréis transformados por el Espíritu de la Verdad y así vuestra alma se verá fortalecida por la constante renovación espiritual de vuestra mente; de este modo estaréis dotados de la fuerza para hacer con seguridad y júbilo la voluntad misericordiosa, aceptable y perfecta de Dios. No olvidéis es vuestra fe personal en las extraordinariamente grandes y preciosas promesas de Dios, la que os asegura que participaréis de la naturaleza divina. Así pues, mediante vuestra fe y la transformación del espíritu, llegaréis a ser en realidad, templos de Dios, y su espíritu vive verdaderamente dentro de vosotros. Si el espíritu vive dentro de vosotros, ya no seréis esclavos encadenados por la carne, sino hijos del espíritu, libres y liberados. La nueva ley del espíritu os dota de la libertad del autodominio, reemplazando la vieja ley del temor, basada en la autoesclavitud y en las cadenas de la abnegación 1609"
Seamos conscientes de esta libertad que se nos ofrece, porque en ella radica la felicidad en esta vida y la salvación eterna en los mundos de estancia, pero recordemos que la libertad y los derechos propios, no pueden vulnerar la libertad ni los derechos ajenos, de la misma forma que al seguir "la corriente" sin reflexión alguna, estamos sacrificando nuestra libertad y permitiendo que otros se adueñen de nuestro discernimiento y nos conviertan en sus marionetas.
yolanda silva solano.