Desde el Corazón del Padre
“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre” (Salmo 91-14,16 RV).
Sólo unas horas antes de que mi mamá pasara a la presencia de su Salvador, le leí el Salmo 91 a ella. Ha sido por mucho tiempo uno de mis capítulos favoritos en la Biblia, pero me pareció fresco cuando lo leí en voz alta esa mañana y me puse a pensar lo que significa poner nuestro amor sobre Cristo. Creo que es importante considerar esa declaración, ya que las promesas siguientes dentro de ese capítulo dependen de de si nosotros realizamos esa condición en particular.
Decir que amamos al Señor no es ninguna declaración ligera. Cuando amamos a los demás, por lo general queremos dedicarles tiempo a ellos. Los honramos con nuestras palabras y nuestras acciones. Les hablamos a los demás sobre ellos. Consideramos sus deseos y sentimientos cuando tomamos opciones en nuestras propias vidas.
He estado contemplando completamente esos aspectos del amor desde ese día cuando estaba al lado de la cama de mi madre. Nada trae nuestro enfoque a las cosas eternas más que cuando alguien se va de esta tierra, ¿verdad? Y así debe de ser. ¿Seremos capaces de decir con seguridad en ese momento que hemos puesto nuestro amor sobre Él? Hoy es el día para tomar esa opción. Amarlo a Él nos permitirá amar a los demás como a nosotros mismos — y que, como nos recuerda Jesús, es la culminación de toda la Ley y los Profetas.
Kathi Macias