¡Renovados, De Verdad!
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).
"No hay renovación espiritual si no nos arrepentimos de todo cuanto colocamos en el lugar de la voluntad de Dios para nuestras vidas. La verdadera renovación nos lleva a una relación personal con Jesus Cristo como Salvador (nuevo nacimiento) y a un sometimiento a Él como Pastor soberano."
¿Como podremos decir que somos nuevas criaturas, que las cosas antiguas se quedaron para detrás, que fuimos renovados por el Espírito Santo, que no tenemos más aquella vida fútil y insípida que llevábamos antes de conocer el Señor, si continuamos a mostrar los mismos esquejes secos y sin frutos de la vieja naturaleza?
Conversión no significa apenas cambiar de iglesia, o usar una camiseta con un versículo bíblico, o cargar una Biblia debajo del brazo. Antes de un cambio exterior, es necesario que cambiemos por adentro, que comprendamos lo que significa ser un "hijo de Dios", que nos presentemos como verdaderos discípulos e imitadores del Señor, que pasemos a mostrar el brillo y la belleza de Cristo en nuestras actitudes.
¿Como podremos tener coraje de decir que somos del Señor si Él no hace parte de nuestras prioridades? ¿Como nos presentaremos como soldados del Rey Jesus si vivimos "escondidos" de Su presencia? ¿Como podremos afirmar que fuimos lavados por la "sangre del Cordero" si lo que hablamos y hacemos prueban el contrario? Si nuestra vida espiritual fue renovada por la presencia del Señor en nuestros corazones, todos percibirán, aun cuando nada hablemos sobre eso.
Dejemos, verdaderamente, el Señor transformarnos. Dejemos que Él moldée todo nuestro procedimiento. Dejemos que Él sea el Señor de nuestras vidas. Así, seremos muy felices y nuestra vida será mucho más abundante y victoriosa.
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