Tendamos la mano...
El alcohol, la droga y tantas otras cosas
son moneda corriente en el mundo
en que vivimos,
pero más allá de la enfermedad
tendríamos que detenernos en los motivos
que llevan a esas personas a beber,
o a drogarse...Tal vez en lo
más íntimo encontramos el secreto.
La soledad, el no sentirse importantes,
útiles, necesarios...
íntimamente genera un profundo dolor.
Algunos logran convivir con ese dolor
y otros prefieren escapar, no pensar.
Debemos mirar más allá de nosotros...
Debemos tratar de ayudar.
Tender la mano de una manera generosa.
Desde nuestros lugares podemos ayudar
y rescatar a tantos que están
paralizados en medio del camino.
No nos detengamos tanto en nosotros...
Tratemos de mirar más allá...
Sacrificarnos por los demás nos hace sentir
completos y nos motiva a seguir
alentando a otros a vivir.
Ayudemos a los demás,
sembremos esperanza
en aquellos corazones cuyos
latidos parecen apagarse día a día
ante la desvalorización
y ante la falta de oportunidades...
Debemos comprender
que el dolor de un ser humano
es nuestro dolor como así
también su risa es nuestra risa.
Autora: Graciela De Filippis