LAS OFENSAS
¿Cómo hasta ahora nunca me di cuenta
de que, lo que yo pienso que me ofende
es algo que, de mí sólo depende,
y que mi indignación no se sustenta?
El otro su sentir experimenta
y dice o hace o calla o se sorprende.
Y entonces, mi amor propio se me enciende,
e imputo al otro mi reacción violenta.
¡Qué grande sinrazón el ofenderme,
cuando soy yo el origen de la ofensa!
¡Y, que fácil, tras de ello convencerme,
caminar por la vida, tan intensa,
sin dejar al orgullo someterme
y disfrutando de una paz inmensa!
DE EL VIAJE INTERIOR
Francisco-Manuel Nácher López