La moral y el desarrollo espiritual de cualquier persona se mide por sus ideales, y es que según sean nuestros ideales, podemos ser de egoístas y sentirnos atraídos por lo más bajo del mundo físico o podemos ser fraternales y dedicarnos a servir al mundo. Cuando nuestros ideales son pocos y bajos, juzgamos al mundo según ese estrecho y limitado punto de vista ,pero si son muchos y elevados veremos al mundo como una gran escuela, donde la experiencia nos debe llevar a ser amorosos y serviciales con nuestros hermanos.
Los ideales de los poco evolucionados llevan al egoísmo, al materialismo, al goce de los placeres animales y a querer imponer la voluntad sobre todo lo demás. Pero los ideales de las personas más evolucionadas, son los que le pueden hacer pensar que es un deber ser perfecto como su Padre que está en los cielos lo es.