CUÁNTO ME GUSTARÍA...
¡Cuánto me gustaría
poder mirar el mundo desde el cielo!
que entonces no tendría
dolor ni desconsuelo
ni cegaría mi vista denso velo.
Porque vería las cosas
tal como son: Su causa y sus efectos.
Porque entonces las rosas,
aunque seres perfectos,
me mostrarían todos sus defectos.
Porque, en el alma humana,
de claros y de oscuros conformada,
con la luz meridiana,
vería, en su nonada,
la gran comedia en ella generada.
Y vería la mano
de un Dios de amor, afable y sonriente,
ayudando al humano
a subir la pendiente
que hay en su evolución de ser viviente.
Y, que toda la pena
y la preocupación, dolor y espanto
que cada día nos llena,
no son sino un encanto
disimulando que nos ama tanto.