Decimos "esto está bien" ó "esto está mal" ó "esto es lindo" ó "esto es feo" sin advertir
que todas ellas son sentencias de carácter puramente subjetivo y que sólo responden a
nuestra apreciación de la realidad. Si en lugar de decretar absolutamente que "esto está
bien" dijéramos "esto, para mí, está bien", y en lugar de decir "esto es lindo" dijéramos
"esto me gusta", estaríamos mostrando una actitud más abierta y admitiendo que esa es
nuestra visión de la realidad, reconociéndole a los demás el derecho de tener las
suyas propias, tan válidas como las nuestras.
Tener una mente abierta dispuesta a aceptar opiniones diferentes a las nuestras es, sin
duda, positivo y enriquecedor. Porque muchas veces nos permiten detectar nuestros
errores y corregirlos. Y esto se traduce en un mejoramiento de nuestra persona.
Pensemos bien antes de juzgar las acciones de los demás y de emitir juicios sobre
las cosas. Pero no dudemos de someter a un severo juicio a nuestros propios
pensamientos y actitudes, que nos sirva para depurar todo lo negativo que hay
en nosotros. En cuanto pongamos esto en práctica descubriremos que no
tenemos la más mínima autoridad para juzgar.
NOTA