El camino espiritual tiene dos senderos, uno que es el misticismo, la contemplación pasiva y el cumplimiento a los preceptos de las iglesias, y otro que es mucho más activo y cuesta arriba, como es el de la evolución espiritual personal. Ambos son válidos porque "la religión de revelación deberá siempre limitarse por la capacidad del hombre para recibirla.1007"y esto no se debe a que el Padre haga diferencia entre los seres humanos, porque "Dios no muestra preferencia por personas, ni espirituales ni materiales. Solamente la capacidad de la criatura para recibir y discernir las actualidades espirituales del mundo supermaterial limita la presencia divina, que cualquier hijo del universo disfruta en cualquier momento. 27"
Debemos partir de la paradojal premisa, que todos somos iguales ante Dios pero totalmente diferentes como individualidades, de la misma manera que el ADN nos diferencia en la parte humana, también hay una capacidad mental y una personalidad que nos hacer ser únicos e irrepetibles a nivel espiritual. Por tanto el contenido espiritual, obedece a la lógica, al igual que "no se pueden exceder las capacidades inherentes; una botella de medio litro no podrá contener jamás un litro. El concepto espiritual no puede ser forzado en forma mecánica dentro del molde de la memoria material.556"
Todos hemos pasado por esa primera etapa de aceptación, a lo que se nos enseñaba en las religiones tradicionales, obedecíamos sin cuestionarnos mayormente como lo hacen los niños en el el colegio, porque "la religión es tan vital que persiste en ausencia de la erudición. Vive a pesar de su contaminación con cosmologías erróneas y filosofías falsas; sobrevive aun a la confusión de la metafísica. A través de todas las vicisitudes históricas de la religión y en ellas siempre persiste, aquello que es indispensable para el progreso y la supervivencia humanos: la conciencia ética y moral.1107 "
Pero con el correr del tiempo, nos damos cuenta que no es suficiente el creer lo que otros nos dicen, sino que comenzamos a sentir que tenemos dudas y que deseamos algo más de lo que ya poseemos. "Tarde o temprano comienzan a surgir nuevos sistemas de valores; se alcanzan nuevas formulaciones de principios y normas; se modifican hábitos e ideales; se obtiene cierta idea de un Dios personal, y seguidamente, conceptos cada vez más amplios.1114" entonces no nos bastan las creencias heredades y sentimos la necesidad de experimentar nuestra propia Verdad, a sabiendas que entramos en un campo minado por la propia ignorancia e incapacidad de conocer a Dios, pero a la vez con la seguridad que no estamos solos en esta búsqueda, porque nuestro Espíritu residente está siempre con nosotros, más que para conocer a Dios, para que seamos capaces de sentirlo en nuestro corazón y a nuestra manera buscarlo en nosotros y por nosotros mismos.
Pero éste no es un camino fácil, requiere de tiempo y perseverancia para darnos el tiempo de comprender, teniendo claro que "las dudas honestas y las preguntas sinceras no son pecado. 1119" Recordemos lo que Jeús le dijo a Tomá respecto a sus dudas: "muchas veces te ha faltado la fe; sin embargo, cuando tuviste temporadas de duda, nunca te faltó el coraje. Yo bien sé que los falsos profetas y los maestros impuros no te engañan. Después que yo me haya ido, tus hermanos apreciarán más aún tu forma crítica de ver las nuevas enseñanzas. Dedica tu vida a la gran obra de mostrar cómo la mente material crítica del hombre, puede triunfar sobre la inercia de la incertidumbre intelectual, al enfrentarse con la demostración de la manifestación de la verdad viva, tal como opera en la experiencia de los hombres y mujeres nacidos del espíritu, que rinden los frutos del espíritu en su vida, y que se aman unos a otros, aun como yo os he amado a vosotros.1961"
" La creencia llega al nivel de la fe cuando motiva la vida y da forma a la manera de vivir. La aceptación de una enseñanza como verdadera, no es fe; es solamente creencia; tampoco lo es la certidumbre ni la convicción. Un estado mental llega a los niveles de fe tan sólo cuando domina efectivamente la manera de vivir. La fe es un atributo vivo de la experiencia religiosa personal genuina.1114" Pero esta fe no es ciega, muy por el contrario ella busca el esclarecimiento de lo que cree, porque sabe que el mayor de los conocimentos, no tiene mayor validez si no se logra extraer su significado, porque sólo entonces, el saber se convierte en algo productivo, capaz de dar los frutos del espíritu y servir a nuestro prójimo. "Esta fe salvadora nace en el corazón humano, cuando la conciencia moral del hombre comprende que los valores humanos pueden ser transformados en experiencia mortal de lo material a lo espiritual, de lo humano a lo divino, del tiempo a la eternidad.1118
Tarde o temprano todos nos damos cuenta, de que todo crecimiento de la criatura es proporcional a la identificación con el Padre. Llegamos a la comprensión de que vivir la voluntad de Dios es el pasaporte eterno a la posibilidad sin fin de la infinidad misma. Los mortales alguna vez entienden que el éxito en la exploración del Infinito, es directamente proporcional al alcance de la semejanza con el Padre, La mente del hombre no debe ser aplastada por el solo peso de la lógica ni sobrecogida por la elocuencia sagaz. Aunque no se puede del todo eliminar la emoción como factor en las decisiones humanas, los que quieran avanzar la causa del reino no deben apelar directamente a las emociones en sus enseñanzas. Apelad directamente al espíritu divino que habita en la mente de los hombres. No recurráis al temor, la piedad ni el puro sentimiento. Al apelar a los hombres, sed justos; ejerced autocontrol y exhibid discreción; mostrad respeto adecuado por la personalidad de vuestros hermanos."
No tengamos miedos de nuestras incertidumbres, analicémoslas con nuestra mente serena, porque sin duda que el tiempo nos permitirá no sólo comprenderlas, sino que también sacarle el significado, que es lo más importante y no olvidemos que nunca estamos solos, nuestro Espíritu residente está siempre pronto a esclarecer nuestras dudas, si ve en nosotros una buena disposición a dejar nuestros prejuicios.
yolanda silva solano