"Siempre debemos tener en nuestro pensamiento un lugar para los demás. Porque cada vez que no actuamos tan bien como podamos; hay algo en algún lugar del mundo que se oscurece, comprometido por nuestra falta. Y obrar bien, no significa necesariamente aportar una ayuda material; no, sino pensar en las consecuencias que nuestros pensamientos, sentimientos, actos e intenciones pueden tener en los demás.
¡Hay tantas posibilidades para ayudar a los demás! Y tales posibilidades son las que debemos encontrar; sabiendo que, del bien que hagamos, nada se pierde. Una vez que lo hayamos hecho, no pensemos más en él; y sobre todo, no esperemos nada a cambio. Seamos como el Sol que da luz, calienta y vivifica a todas las criaturas: Y no se pregunta si ellas, le están agradecidas."