La personalidad, al igual que el bordado, es algo que se va elaborando punto por punto. Los hombres geniales despiertan la admiración, los hombres adinerados la envidia; los poderosos causan temor, pero sólo los hombres rectos inspiran confianza. La grandeza no se encuentra en los bienes que se poseen, en el poder, la posición ni el prestigio. Reside en la bondad, la humildad, la abnegación y la fuerza del carácter. No puedes controlar la largura de tu vida, pero sí puedes determinar su anchura, su profundidad y su altura. Es verdad que las opiniones ajenas pueden hacer daño a tu reputación. Pero tú eres el único que puede arruinar tu personalidad. Para conocer la verdadera medida de la riqueza de un hombre, habría que ver cuál sería su valor si se le despojara de todo su dinero.
La felicidad no se encuentra dentro, ni fuera de nosotros, sino que es fruto de nuestra comunión con Dios. --Blaise Pascal Estar felices con lo que tenemos es la mayor de todas las riquezas. La diferencia entre los placeres espirituales y los terrenales es tan grande como la que existe entre un banquete del que uno disfruta, y uno retratado sobre un muro. Hay dos maneras de ser rico. Una es tener todo lo que uno quiere, y la otra es estar satisfecho con lo que uno tiene. Seremos más felices si damos a los demás un pedacito de nuestro corazón, en lugar de un producto de nuestra mente. Nuestro corazón es más feliz cuando late por los demás.
La paz no se hace en las mesas de negociaciones ni con tratados, sino en los corazones de los hombres. Cuando Cristo es Señor de la mente, la paz es Señora del día. La paz de Dios sobrepasa todo entendimiento y malentendido. Si no tenemos paz en nuestras almas, el consuelo ajeno no nos hará más bien que una zapatilla de oro a un pie gotoso. --John Bunyan La paz no es la ausencia de conflictos, sino la presencia de Dios, sea cual sea el conflicto. |