La economía, la sociedad y el gobierno tienen que evolucionar si han de perdurar..
Libro de Urantia. Pág.804
Esta cita no está tomada de ninguno manifiesto de "los indignados" sino del Libro de Urantia que fue publicado en 1945 ¡qué diferente podría ser hoy el mundo si estas verdades hubiesen tenido el eco que realmente merecen, porque " Las condiciones estancadas son indicativas de decadencia; sólo perduran aquellas instituciones que avanzan con la corriente evolucionaria." durante todas estas décadas el mundo ha pasado por diversas y divergentes ideológías, sin embargo ninguna de ellas, ha sido capaz de hacer un mundo más justo, en donde las armas sean reemplazadas`por el amor, la justicia y la equidad social, porque "el hombre nunca aceptará la paz como modo normal de vida, hasta tanto no se haya convencido cabal y reiteradamente de que la paz le conviene más para su bienestar material, y hasta que la sociedad, juiciosamente, no haya ofrecido alternativas pacíficas para la satisfacción de aquella tendencia inherente a descargar periódicamente el impulso colectivo, que sirve para liberar aquellas emociones y energías que se acumulan constantemente, y que pertenecen a las reacciones de la autopreservación de la especie humana. 786
"No puede sobrevivir el idealismo en un planeta evolutivo, si los idealistas de cada generación se permiten ser exterminados a manos de las órdenes más viles de la humanidad. He aquí la gran prueba del idealismo: ¿Puede una sociedad avanzada mantener un estado de preparación militar que la proteja de los ataques de sus vecinos amantes de la guerra, sin sucumbir a la tentación de emplear este poderío militar en operaciones ofensivas contra otros pueblos a fin de la ventaja egoista o el engrandecimiento nacional? La supervivencia nacional exige el estado de preparación militar, pero sólo el idealismo religioso puede impedir que se prostituya la preparación convirtiéndose en agresión. Sólo el amor y la hermandad, pueden impedir que los fuertes opriman a los débiles.999"
Mucho se habla del fin de una era y no cabe duda que así está siendo, pero no es el fin del planeta, sino el fin del actual sistema económico el que está pereciendo de muerte natural, porque no es posible que las grandes ganancias estén en manos de unos pocos que han sabido explotar a una abrumadora minoría, que de pronto ha tomado conciencia de su situación y con voz firme está pidiendo cambios radicales. "Hoy por hoy la economía motivada por el lucro está destinada al fracaso, a no ser que los motivos de lucro puedan ser superados por motivos de servicio. La competición despiadada que se basa en el egoísmo de miras estrechas, a la larga, destruye aquello que procura mantener. La motivación egoísta y exclusiva de lucro es incompatible con los ideales cristianos y mucho más incompatible con las enseñanzas de Jesús. 805"
Sin embargo no nos dejemos manejar, porque detrás de los que proclaman la desaparición del lucro, hay quienes sólo aspiran a que él cambie de manos ya que " en la economía, la motivación de lucro es para la motivación de servicio, lo que el temor es para el amor en la religión. Pero el motivo del lucro no ha de destruirse ni eliminarse de manera repentina; mantiene trabajando duro a muchos mortales que de lo contrario serían perezosos.805" pues "los débiles y los inferiores siempre han luchado por tener los mismos derechos que los demás; siempre insistieron en que el estado debía obligar a los fuertes y superiores a satisfacer las necesidades de ellos y compensar de otras formas las deficiencias que, muy a menudo son el resultado natural de su propia indiferencia e indolencia.793" Jesús no enseñó ni propició la negligencia, el ocio, ni la indiferencia en proveer las necesidades físicas para la familia; tampoco aconsejó depender de la limosna. Pero sí enseñó que las cosas materiales y temporales deben estar subordinadas al bienestar del alma y al progreso de la naturaleza espiritual en el reino del cielo.1822"
Jesús no condenó "el poseer riquezas honorables; no hay pecado ninguno en tener posesiones honestas en la tierra, siempre y cuando tu tesoro esté en el cielo, porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón. Hay una gran diferencia entre la riqueza que conduce a la avaricia y al egoísmo y la que tienen y dispensan en espíritu de fideicomiso los que tienen abundancia de bienes mundanos, y que tan generosamente contribuyen a mantener a los que dedican todas sus energías al trabajo del reino. 1821" Por eso el Estado no debe entregar pescado, sino más bien enseñar a pescar, porque "el ideal de la igualdad es el fruto de la civilización; no se encuentra en la naturaleza. Incluso la cultura misma demuestra de forma contundente la desigualdad inherente a los hombres a través sus muy desiguales capacidades culturales. La sociedad no puede ofrecer los mismos derechos a todos, pero sí puede comprometerse a administrar los variados derechos de cada quien con justicia y equidad. Le corresponde e incumbe a la sociedad proporcionar al hijo de la naturaleza una oportunidad justa y pacífica de perseguir la autoconservación, de participar en la autoperpetuación, y al mismo tiempo, de gozar de cierto grado de autogratificación; la suma de los tres constituye la felicidad humana.794"
Como podemos ver, nada espiritual se consigue si no es a través de la materia, por lo cual nosotros no podemos quedarnos en las críticas, sino que debemos influir con nuestros pensamientos y obras positivas, para que nuestra sociedad se abra a los cambios urgentes que los seres humanos necesitamos, porque "el motivo del lucro en las actividades económicas es enteramente vil y totalmente indigno en un orden avanzado de sociedad; no obstante, es un factor indispensable durante las fases tempranas de la civilización. No se ha de quitar el motivo del lucro a los hombres hasta que cuenten con sólidos tipos superiores de motivos desprovistos de fines lucrativos para el empeño económico, el servicio social y el afán trascendente de la sabiduría superlativa, la hermandad fascinante y la excelencia del logro espiritual 805"
No son las leyes ni las manifestaciones de los indignados, las que cambiarán nuestra sociedad, sino la conciencia de que todos somos hermanos y que la equidad y la justicia deben prevalecer en todos y cada uno de nuestros actos.