Cada vez que el hombre cede a la ansiedad, se aleja un paso de la guía del espíritu de su corazón
Libro de Urantia. Pág.1454
La ansiedad es casi sinónimo del miedo, porque ella es una reacción que se manifiesta en nuestro cuerpo y que afecta en forma notoria especialmente a nuestro colón y al sistema nervioso. Es la emoción que nos prepara para enfrentarnos para la lucha o para la huida ante una amenaza o un peligro existente o imaginario. También es prima hermana de la impaciencia, ese deseo que nos impide darle tiempo al tiempo y vivir entre tanto el momento presente plena y conscientemente, pués es el único que en verdad nos pertenece y en donde deberíamos encontrar "paz y ciencia" si estuviésemos en verdad contactados con nuestro Espíritu residente.
Todas estas emociones son muy perjudiciales, no solamente para nuestra salud física y mental, sino que también son un gran impedimento para nuestro desarrollo espiritual, porque el tenerlas con frecuencia, denota nuestra falta de confianza en el amor de nuestro Padre, porque "la impaciencia es un veneno para el espíritu. 557" porque nos impide practicar lo que nos enseña el budismo cuando nos dice."de un corazón limpio brotará la alegría hacia el Infinito; todo mi ser estará en paz con este regocijo supermortal. Mi alma está llena de contento, y mi corazón se desborda de dicha con una confianza apacible. No tengo ningún temor; estoy libre de ansiedad. Habito en la seguridad, y mis enemigos no pueden alarmarme. Estoy satisfecho con los frutos de mi confianza. He encontrado que el acceso al Inmortal es fácil. Ruego que la fe me sostenga en el largo viaje; sé que esa fe que proviene de más allá no me faltará. 1446"
No podemos negar que las obligaciones económicas a que nos vemos enfrentados, no pueden dejar de preocuparnos y debemos hacernos responsables de ellas, porque no se solucionan con rezos, ni por el hecho de tratar de estar en paz, por eso Jesús nos dijo: "mientras os dedicáis a la obtención de las realidades eternas, debéis también disponer para las necesidades temporales, porque aunque el espíritu sea nuestra meta, la carne es un hecho. Ocasionalmente, puede que lo necesario para vivir caiga en nuestras manos por casualidad, pero en general, debemos trabajar con inteligencia para conseguirlo. Los dos problemas principales de la vida son: ganarse la vida temporal y obtener la supervivencia eterna. Aun el problema de ganarse la vida necesita de la religión para su solución ideal. Estos dos problemas son altamente personales, pues la verdadera religión, de hecho, no funciona separada del individuo.1778"
Pero esta preocupación por obtener un buen pasar económico, como todo lo que es valioso para nuestro crecimiento espiritual, debe ser empleado en el justo medio:"no estés constantemente con ansiedad excesiva en cuanto a tus necesidades diarias. No os atribules por los problemas de tu existencia terrestre; en todas estas cosas, orando y suplicando con un espíritu sincero de gratitud, despliega tus necesidades ante los ojos de tu Padre que está en el cielo. Jesús nunca enseñó que pudieran obtenerse conocimientos y artes específicas humanas mediante la oración. Pero sí enseñó que la oración contribuye a ampliar la capacidad del ser para recibir la presencia del espíritu divino. Cuando enseñó a que oraran en el espíritu y en la verdad, explicó que eso significaba orar con sinceridad y de acuerdo con el esclarecimiento de cada cual, orar de todo corazón y con inteligencia, con honestidad y con constancia.1640"
La confianza en un Dios esencialmente paternal, es vital para que ni la ansiedad, ni el miedo, ni la impaciencia se apoderen de nuestro intelecto ni de nuestro corazón, porque si permanecemos unidos a nuestro Espíritu residente´, más temprano que tarde, todo nos resultará más fácil de conseguir "no sintáis ansiedad por vuestras vidas; menos aun os preocupéis de lo que comáis o bebáis; o en cuanto a vuestros cuerpos, de cómo los cubriréis. Ya habéis aprendido que manos con voluntad y corazones honestos no pasarán hambre. Ahora cuando os preparáis a dedicar todas vuestras energías al trabajo del reino, estad seguros de que el Padre, no se olvidará de vuestras necesidades. Buscad primero el reino de Dios, y cuando hayáis hallado la puerta de entrada, todas las cosas necesarias os serán dadas. No os pongáis pues ansiosos por el mañana. Basta a cada día su propio afán.1578"
Esforcémonos por cambiar nuestra impaciencia por paz y ciencia, porque un corazón en paz es capaz de discernir mucho mejor y encontrar la ciencia del camino de la sabiduría, por algo Jesús nos dijo: "Hijo mío, todo ha de aguardar su hora. Naces en el mundo, pero no hay ansiedad ni manifestación de impaciencia capaces de hacerte crecer. En todos estos asuntos, hay que darle tiempo al tiempo. Sólo el tiempo madurará la fruta verde en el árbol. Una estación sucede a la otra, y el atardecer sigue al amanecer sólo con el paso del tiempo.1436"
yolanda silva solano