No hay duda y es reconocido por todos que en nuestro planeta Tierra hay muchos lugares donde el escasea el agua y en muchos lugares no tiene agua potable para beber.

Que además, los incendios y otros ataques al ecosistema están acelerando la desertización de países que dicen los libros, antaño, se podía correr de cabo a rabo por encima de los árboles y sin tocar tierra.

Por si esto fuera poco, parecen que las políticas hidráulicas mantenidas en las últimas décadas no han sido del todo eficaces. Esto hace que podamos resumir la situación en una sola y dramática frase: en muchos países se tiene sed.

Pero no es la única sed que padece miles, millones de personas. También esta desde inmemoriales tiempos encendida la alarma roja de la insensibilidad espiritual.

El mundo generalmente aparte de ciertas fechas religiosas señaladas, no busca, no conoce a Dios.

Apenas se sabe cuatro historias, a veces mal explicadas de la llamada "Historia Sagrada" pero no conoce a Dios.

El mundo tiene sed espiritual y no sabe que ya hace 2.000 años un hombre clamó ante las multitudes, en una de las grandes fiestas religiosas de Israel; "si alguno tiene sed, venga a mí y beba" invitando a saciar la sed del espíritu.

No era una invitación a sumarte a una religión, ni a una nueva secta, era una invitación solo para sedientos con el alma seca, deseosos de ser saciados con el agua del Espíritu.

Ya habrás supuesto que ese hombre fue JESUCRISTO, el cual te invitamos a conocer más de su vida.

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