|
De: FlorM (Mensaje original) |
Enviado: 22/10/2011 13:38 |
OH SANTA POBREZA!
¡Oh santa pobreza,
dulce compañía,
timbre de nobleza,
cuna de hidalguía:
ven, entra en mi pieza,
tiempo ha no te vía!
Pero te aguardaba,
y austero pasaba
la existencia mía.
¡Oh santa pobreza,
crisol de amistades,
orto de verdades,
venero de alteza y
aguijón de vida:
ven, entra en mi pieza,
seas bienvenida!
Callado y sereno
me hallarás, y lleno
del alto Ideal
que en los rubios días
de mis lozanías,
y ahora, en mi ocaso.
aviva mi paso por el erial.
¡Oh santa pobreza,
dulce compañía:
ven, entra en mi pieza,
tiempo ha no te vía!
Amado Nervo
Copyright©2011.Webset-- Angelina_ And--Flor Miriam_designs All rights
reserved respetar sello y autoria si deseas utilizarlos | | | | | | | | | | |
|
|
Primer
Anterior
2 a 2 de 2
Siguiente
Último
|
|
Cada vez que violamos una de las leyes de la Naturaleza, esa transgresión, como causa, produce, como efecto, la correspondiente retribución. Durante muchas existencias en épocas sin cuento, hemos actuado en distintos climas y lugares, y de cada vida hemos extraído una cierta cantidad de experiencia, acopiada y almacenada como fuerza vibratoria en los átomos simiente de nuestros diversos vehículos. Por consiguiente, todos y cada uno de nosotros somos constructores y edificamos el templo del espíritu inmortal sin ruido de martillos; cada uno de nosotros es un Hiram Abiff, que se halla reuniendo material para el desarrollo del alma y arrojándolo en el horno de la experiencia de su vida, para allí manipularlo mediante el fuego de la pasión y del deseo.
Es muy fácil mostrarse complacido cuando la vida pasa como un cántico; pero aquel hombre que sonríe cuando todo se obscurece y cambia es verdaderamente digno y valiente.
MAX HEINDEL
|
|
|
|
|