Amigos queridos, a los que me han escrito les pido perdón por no haberles contestado de inmediato como es mi costumbre, pero mi Servidor VTR tiene una falla técnica que me impide recibir mails desde hace una semana, así es que no me envíen nada hasta que no les avise. Un abrazo yol
La naturaleza permite que el trigo y la cizaña crezcan juntos, hasta el momento de la siega.
Libro de Urantia. Pág.1429
Nosotros deberíamos ser como el trigo, que crece y da frutos abundantes a pesar de la cizaña que pueda rodearlo. No podemos quedarnos inmunes ante el mucho mal que nos rodea, ante la violencia cada vez más fuerte que encontramos en todos los ámbitos, porque nuestro propósito interno es seguir creciendo con mayor entusiasmo a pesar de todo, para ser capaces de ofrecer a nuestros hermanos los frutos del espiritu que son: "amor, alegría, aceptación,dulzura, bondad, fe, humildad y moderación. 381"
En nuestra vida, lo queramos o no, siempre tendremos que vernos enfrentados al mal, porque él es : "la elección inmadura y el desliz irracional de los que se resisten a la bondad, rechazan la belleza y traicionan la verdad. El mal sólo es la inadaptación de la inmadurez o la influencia disociadora y distorsionadora de la ignorancia. El mal es la oscuridad inevitable que pisa los talones del necio rechazo de la luz. El mal es lo tenebroso y lo falso y, si se le abraza conscientemente y se le endosa voluntariamente, se convierte en pecado. Tu Padre celestial, al dotarte de la facultad de elegir entre la verdad y el error, creó el negativo potencial del camino positivo de la luz y la vida; pero tales errores del mal son realmente inexistentes hasta el momento en que una criatura inteligente los acepta mediante un acto equivocado al seleccionar él, la manera de vivir. Esos males posteriormente son exaltados a la categoría de pecado por elección consciente y deliberada de esa misma criatura obstinada y rebelde. Es por ésto que nuestro Padre celestial, permite que el bien y el mal marchen uno al lado del otro hasta el fin de la vida, así como la naturaleza permite que el trigo y la cizaña crezcan juntos hasta el momento de la siega.1429"
Quienes tenemos jardín, sabemos bien, que al sacar las malezas, debemos tener mucho tino y estar muy conscientes, para que al hacerlo no cortemos también un brote nuevo de la planta que dará flores. Al querer combatir el mal debemos hacer lo mismo, porque muchas veces somos arrogantes cuando lo hacemos, olvidamos que "Dios desaprueba el pecado, pero que ama al pecador" y le da toda clase de oportunidades para que reconozca su error y aún cuando los hombres no lo reconozcan y se mantengan en la ignominia Jesús desde la cruz sólo sabe pedir a su Padre "que los perdone porque no saben lo que hacen" En cambio nosotros somos muy poco dados a ofrecer el perdón y a olvidar la ofensa.
Nuestra dureza al juzgar, es como sacar la cizaña, sin darle al trigo la posibilidad de crecer entre ellas, porque si bien es cierto que "los hombres son malos por naturaleza, éso no quiere decir necesariamente que sean pecadores, pues "por naturaleza, antes del renacimiento del espíritu, el hombre mortal está sujeto a inherentes tendencias perversas, pero estas imperfecciones naturales de conducta no constituyen ni pecado ni iniquidad. El hombre mortal recién empieza su larga ascensión hacia la perfección del Padre en el Paraíso. Si uno es imperfecto o parcial en lo que la naturaleza le otorgó, no es pecaminoso. El hombre está en verdad sujeto al mal, pero no es en ningún sentido hijo del diablo, a menos que escoja a sabiendas y deliberadamente los caminos del pecado y una vida de iniquidad. 1860"
Estas consideraciones las deberíamos tener presentes antes de condenar a nuestro prójimo, con la liviandad que muchas veces lo hacemos. También esta presencia del mal en el mundo no debería asustarnos, porque el mal que hoy vemos ha existido siempre, pero ahora gracias a las comunicaciones se hace más evidente, pero él no es el anuncio del fin del mundo, sino que está presente para darnos a nosotros la libertad de elegir entre él y el bien, porque nuestra misión no es solamente "cesar de hacer el mal, sino que aprender a hacer el bien.1736" y la mejor de manera de hacerlo es con nuestro ejemplo de vida, derramando paz y armonía no sólo en nuestras palabras, sino principalmente con nuestras acciones. Seamos cada vez más empáticos con lo que no piensan como nosotros, démosle ternura, esa virtud tan olvidada y tan necesaria, porque ella encierra comprensión y perdón, si la practicamos podemos tener la seguridad que estamos protegiendo al trigo y haciendo un poquito mejor al mundoal sacar la cizaña de nuestro propio corazón.
yolanda silva solano