EL DOLOR AJENO
¿Por qué ha de doler más nuestro dolor
que el dolor de los otros?
¿Qué diferencia hay?
¿Es que no es también tuyo el daño ajeno
y no duele a los otros tu desgracia?
¿Es que no tienes culpa en sus pesares
y no la tienen ellos en los tuyos?
Si mitigas tu pena, sin fijarte
en la desgracia ajena,
¿quedará tu desgracia mitigada?
Y, si tú sufres, ¿podrá dejar el mundo de sufrir?
¿Aún no te has dado cuenta de que todo,
el aire, el mar, los ríos y los bosques
y la luz y los cielos y la vida
son comunes, y sólo administramos
la porción que nos toca, que es de todos?
¡Olvídate de ti!
Haz tuyo el sufrimiento de tu prójimo,
centra en él tu atención,
esfuérzate en la ayuda y el socorro
y, milagrosamente,
verás cómo se esfuman tus pesares
para nunca volver.
EL VIAJE INTERIOR,
Francisco-Manuel Nácher López