El acto sexual no impone consecuencias biológicas sobre él.
Libro de Urantia. Pág.939
El sexo trasciende lo biológico, concepto que las iglesias durante siglos han procurado ignorar y por lo mismo, el sexo ha sido tildado de pecado si no va unido a la procreación, han limitado esta procreación a la vida humana, desconociendo que el sexo es algo realmente sagrado, porque siempre es portador de vida y un acumulador de energía etérica, la cual nosotros podemos transformar en positiva o negativa, dependiendo no del sexo mismo, sino de nuestras vibraciones en el momento de realizarlo.
En las más antiguas tradiciones herméticas, se hablaba con toda propiedad de la magia sexual, pues todos los seres humanos poseemos fuerzas eléctricas y magnéticas, que actúan como una fuerza de atracción y entre un hombre y una mujer estas polaridades se manifiestan y se potencian con fuerza en la unión sexual, dando vida al erotismo y a la vida creadora del pensamiento y transformando al sexo en el mediador entre la fuerza instintiva inconsciente, la moderación y conciencia de nuestro Espíritu residente. Es una lástima que estos conceptos hayan sido acallados por la mojigatería de las religiones, que han desvinculado completamente el sexo de la espiritualidad, como si fuesen conceptos antagónicos, olvidando que el deseo sexual, que nos fue dada por nuestro Creador de una manera especial, ya que el ser humano es el único animal, que no tiene una época de celo, porque su deseo sexual es permanente, sólo necesita del estímulo. "El instinto de apareamiento es una de las fuerzas impulsoras físicas dominantes en los seres humanos. 913"
Es preciso dar al sexo el lugar que le corresponde y para quienes deseamos realmente ser perfectos como lo es nuestro Padre, debería ser una prioridad el saber usar la pasión no como un pecado, sino como un trampolín para aprender la ciencia del amor, para aprender a dar y también a recibir, con conciencia de lo que hacemos, porque es un gran error el desterrar la presencia de nuestro Espiritu residente, en un acto en el cual él debería estar más presente que nunca, para bendecir nuestros cuerpos que son templos de Dios y que la unión de dos seres unidos por el amor pueden consagrar.
Para que el sexo sea una manifestación cocreadora con Dios, debe ser hecho con amor y conciencia. El amor es un ingrediente sutil de nuestra conciencia que es capaz de mostrar la parte más bella de nosotros mismos, porque “ el amor es el deseo de hacer el bien a los demás.” 648 “Algún día el hombre debería aprender a gozar de la libertad sin licencia, de la alimentación sin glotonería y del placer sin libertinaje. El autocontrol es la mejor política humana para reglamentar la conducta de la auto negación extrema.” 977
En todo acto sexual hay un gran intercambio de magnetismo, las personas lo quieran o no, dan al otro lo que ellas están irradiando y de esos momentos nacen los hijos etéricos que nos acompañaran más adelante, porque el sexo es siempre eminentemente creador, por tanto puede ser empleado sin remordimiento alguno, como la unión física, emocional y espiritual entre dos personas que desean la perfección espiritual. “Dejad que el hombre se divierta, dejad que la raza humana encuentre placer de una y mil maneras, dejad que la humanidad evolucionaria explore todos los tipos de auto gratificación legítima." 943
¡Qué lejos están estas exhortaciones equilibradas, a la beatería y al pecado que se nos ha enseñado.! El sexo es eminentemente creador, siempre nacerán de él hijos energéticos, cuya calidad dependerá del estado espiritual de los participantes, de allí que la presencia de Dios no puede estar excluido de él, si en verdad queremos evolucionar como sus hijos, porque "un buscador de los placeres, debe tratar siempre de ser tanto productor como consumidor.1779" La espiritualidad debería estar siempre presente en el acto sexual, teniendo en cuenta que la espiritualidad no es más que la manifestación de la divinidad en nosotros y ella debiera expresarse siempre, sin importar lo que estemos haciendo, porque la espiritualidad es la actitud con que la persona encara cualquier situación de su existencia desde lo profundo de su ser, por eso, el único “pecado” del sexo, reside en la inconciencia con la cual se realiza. No solamente debe existir la unión de los cuerpos sino también la de las almas y los espíritus.
En las últimas décadas se ha ido desmitificando el sexo, pero desgraciadamente se le ha puesto en el otro extremo, transformándolo en algo sin importancia, buscando solamente el placer por el placer. La liberación sexual ha traído muchos beneficios, pero también muchas dificultades, porque al despojarlo del amor se le prostituye y deforma, “ninguna emoción o impulso humano puede producir tanto daño, como cuando se le da rienda suelta al impulso sexual 914" convirtiéndolo muchas veces en un verdadero acto animal, aún cuando esta expresión está muy mal empleada, pues los animales demuestran un comportamiento muy tierno al aparearse, no obligan, por el contrario el macho conquista a la hembra con sus mejores técnicas de seducción. En los animales no existe la violación
Mucho se habla de la educación sexual que se debe dar a la juventud, pero ella está enfocada a como prevenir el embarazo o las enfermedades sexuales, pero nadie, ni siquiera los colegios cristianos hablan de la santificación del sexo, que es algo muy diferente a la castidad o la abstinencia. Nuestra responsabilidad es crear en la juventud una conciencia de lo que realmente es el deseo sexual y cómo es posible disfrutarlo plenamente con una conciencia despierta, porque para su realización también cuenta la cita, que dice que: aislar parte de la vida y llamarla religión es desintegrar la vida y distorcionar la religión.1124" Hay que hablar de sexualidad, hay que ver donde perdió su carácter sagrado y se volvió mercancía Lo sagrado de la sexualidad es lo que la hace una fuerza de vida, de gozo y de crecimiento, cuando ella es consciente.
Como hijos de Dios, démosle al sexo el lugar sagrado que le corresponde, enseñemos a nuestros hijos y nietos a verlo con naturalidad, lejos del pecado pero no por ello prostituído al sólo placer momentáneo, insitado por el alcohol o las drogas. Creemos una manera más pura y más sana de ver y encauzar el deseo sexual, para que el placer obtenido eleve nuestras vibraciones positivas y jamás nos haga sentir culpables. Utilicemos nuestra energía sexual, no luchemos contra ella ni la neguemos, sino que utilicémosla para crecer espiritual y moralmente. Seamos amigables con ella, porque en sí misma no es maligna ni nociva. Como toda energía es neutral y todo depende del uso que hagamos de ella. Si somos conscientes de lo que estamos haciendo y sintiendo, ella trascenderá y nos servirá para la vida eterna, porque recordemos que "nada de lo que haga un hijo de Dios es ordinario.2049" cuando somos capaces de unir nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, en un sólo placer consciente y volitivo, éste se multiplica llenándonos de sensaciones difíciles de describir por su intensidad, porque cuando nos encontramos con el cuerpo de la pareja y somos capaces de entregarnos y entregar, de dar y recibir, podemos percibir ese rincón sagrado que nos habita y nos revela a Dios en nosotros
No temamos hablar de sexualidad, busquemos un nuevo lenguage que sea capaz de integrarla a nuestra vida con todo su poder creador. La transformación del mundo depende mucho de la calidad de las relaciones sexuales, porque las vibraciones pasan a través de nuestros pensamientos y también de nuestra piel, que es la que nos provoca las sensaciones que podemos encauzar y santificar, para recuperar así el espacio espiritual del sexo y volvamos tomar conciencia de su energía, para poder así tener una vida sexual sana y libre, que nos haga más responsables y nos dé la capacidad de amar y ser amados con plenitud.
yolanda silva solano
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