Una oracion para navidad
Señor, tú sabes que mi corazón quiere amar. Lo necesito. Hoy, de una manera única y especial, necesito reconciliarme conmigo mismo, conmigo misma, asumiéndome, aceptándome así como soy; necesito reconciliarme con aquél, con aquella sin pedir nada a cambio, simplemente, porque hoy se que la Navidad es paz. Aquí están mis tristezas, porque hoy me alegro en ti y me regocijo porque se que la Navidad es gozo en el Espíritu Santo. Pongo a tus pies mis equivocaciones, las faltas que he cometido contra mi mismo, contra los demás, contra la naturaleza, contra ti, porque se que la Navidad, es gracia.
Pongo en tu corazón el odio que pueda sentir contra los que heridos respiren por el no amor, porque se que la navidad es olvido de odio, porque la navidad es amar. Permíteme ir al encuentro de aquellos y aquellas que he tenido olvidados, porque se que la Navidad es encuentro.
Hoy quiero Señor que el sentido de la navidad se haga presente en mi interior y deje libres de pago, a todos mis deudores, es decir, a aquellos que habrían de haberme amado y respetado como ser humano y no lo hicieron, pues se que la navidad va más allá de lo que yo crea que es mejor para mi, porque la Navidad es tu voluntad sobre mi Señor. Porque la Navidad eres tú en mi..
Señor ayúdame a esparcir tu fragancia de amor, dondequiera que yo vaya; inunda mi alma con tu Espíritu y tu Vida; penetra en todo mi ser y toma posesión de tal manera, que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la tuya. Quédate en mi corazón con una unión tan íntima, que las personas que tengan contacto conmigo puedan sentir en mí tu presencia y que, al mirarme, olviden que yo existo y no piensen sino en Ti.
Pequeño de Belén, ya no quiero preguntar nunca más ¿De dónde me vendrá el auxilio? Porque estoy seguro, segura que siempre me vendrá de ti, ya que a ti grité y tú me salvaste; me salvaste de la fosa fatal, del temible enemigo: de la incredulidad, del desamor, del desasosiego, del egoísmo, de la soberbia, de la negatividad de la noche de mi solitariedad. Iluminaste la noche de mi corazón y llenaste con tu amor, todas las noches de mi vida por terribles que fueran, todo lo convertiste en Luz.
Haz venido en el silencio de la noche para derramar sobre nuestra vida llena de ruidos que nos ensordecen: tu Paz, tu ternura, tus caricias que sanan cualquier herida por profunda que sea.
Haz venido, Haz nacido, Y ahora vives plenamente en mi corazón. ¡Cómo no reventar de amor en mis entrañas!. ¡Cómo no adorarte y bendecirte y glorificarte!. ¡Cómo no amarte en cada momento de mi vida venga como venga. Siempre amando, siempre amando, siempre amando, como tú……
Tú eres el Dios de la vida, y aunque nosotros los humanos nos perdamos en la muerte, vienes a cada instante delicadamente con tu gracia, para cautivarnos nuevamente y nos tomas suavemente de la mano y graciosamente nos abres los ojos de la fe, susurrándonos al oído espiritual: ¡Yo te amo! ¡¡¡¡¡YO TE AMO!!!!!!
Hoy muchos corazones viven en el frío de la indiferencia, del rencor, del resentimiento, de la negatividad, de la avaricia, de las heridas no sanadas. Hoy muchos están tristes porque les han dicho que tienen cáncer, que tienen sida, porque se les ha muerto un ser querido, porque les han dicho que no sirven para nada, porque han peleado y no se han perdonado, porque su vacío es tan hondo que creen que las cosas materiales les darán la felicidad.
Pero…..¡Tu vienes! Y Vienes a trocar los corazones más endurecidos en corazones ¡VIVOS!. Ahora mismo , cierro mis ojos y oro en mi corazón desde tu Espíritu, y desde el Amor inmenso del Padre, quedándome bien dentro de tu corazón, corazón que late por amor y contigo quiero bendecir a todos mis hermanos en el mundo:
Los que están matándose, drogándose, los que están abusando o siendo abusados, los que viven sin hogar, sin pan y sin techo, los que están abandonados en los asilos, los niños y jóvenes que viven en la calle…mis hermanos de los cinco continentes…..Por mis hermanos que mueren en los atentados, por aquellos que sufrieron un sunami, terremotos, y sufren discriminaciones por su color o cultura….
Por todos J…que nadie falte en esta Noche Santa al pesebre: Los que decimos creer en ti, los que no creen, los ricos, los pobres, los humildes, los soberbios. Por todos tu naciste Jesús, Príncipe de Paz.
Regálanos la gracia de reconocer que tú no haces diferencias, que tú lo único que hiciste en esta vida fue: ¡¡¡¡AMAR!!!! ¡¡¡AMAR A MANOS LLENAS!!!!
Viniste para hombres y mujeres de todas razas, lenguas, pueblos y naciones….¡Oh Amor!. ¡Inmenso Amor! Y nacimos contigo a la familia del Padre Celestial.
Y nos dijiste que el Amor es lo más importante. Y nos dijiste con tu vida, que debemos darnos la mano siempre. Que Dios no hizo islas sino una gran fraternidad en donde podemos regalarnos cada día lo mejor de sí mismos. Por eso contigo, no nos hace falta nada. ¡Lo tenemos todo! ¿Cabe mayor felicidad? ¡Es Navidad! ¡Dios con nosotros! ¿Podríamos desear algo más?
Aquí estoy, no me he ido de ti, aquí quiero permanecer, así quiero vivir siempre, en tu sonrisa, en tu mirada, en tus palabras, en tus acciones, en tu vida.
Quédate conmigo Jesús, así podré convertirme en luz para los otros. Esa luz, que, vendrá de Ti; ni uno solo de sus rayos será mío: yo te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines los corazones a través de mí. Déjame alabarte en la forma que es más agradable, llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras en el camino de otros. Déjame predicar tu Nombre con palabras o sin ellas... con mi ejemplo, con la fuerza de tu atracción, con la sobrenatural influencia evidentemente del amor que mi corazón siente por Ti.
Ahora, termino este momento antes de irme a la vida, para continuar haciendo de ella una Navidad que no termina, diciéndote: "Oh Pequeño de Belén, te esperábamos más grande, y vienes en la debilidad de un niño. Te esperábamos a otra hora, y vienes en el silencio de la noche.
Te esperábamos poderoso como un rey, y vienes hombre frágil como nosotros. Te esperábamos de otra manera y vienes así de sencillo. Hoy, Casi no hay quien te reconozca, al verte así, tan hombre. Nos habíamos hecho una idea de ti, y vienes, Oh Dios, rompiendo todo lo previsto.
Regálanos a todos los seres humanos, querer decidirnos a creer en el amor y reconocerte así, como vienes. Fortalece nuestra esperanza para confiar en el Amor, en la sencillez en la que vienes. Enséñanos a amar como nos amas tú, sin distinción y que siendo fuerte te hiciste débil para ser nuestra fortaleza en todo momento por los siglos de los siglos. Amén.