La Biblia nos dice que Dios ha puesto eternidad en el corazón de los hombres. De ello se desprende, por tanto, que desde que los hombres fueron hechos para la eternidad de las cosas que el tiempo no puede satisfacer plenamente y de forma permanente. Hay un vacío sin fin que sólo Dios puede llenar. San Agustín lo dijo perfectamente cuando dijo: "Oh Dios, Tú nos has hecho para Ti, y nuestras almas está inquieto hasta que descanse en Ti". Su búsqueda de Dios nos ayuda a seguir esa búsqueda hasta encontrar descanso eterno. |