Si conocemos a Dios, nuestra verdadera tarea en la tierra consiste en vivir de tal manera que permitamos al Padre revelarse en nuestra vida.
Libro de Urantia. Pág.1466
Podemos ser expertos en la Biblia o en el Libro de Urantia y citar sus pasajes con mucha fluidez, pero ésto de poco o nada nos sirve, porque conocer la enseñanza es algo muy diferente a practicarla en nuestra vida cotidiana. Conocer a Dios con nuestro intelecto es practicamente imposible por las limitaciones de nuestra mente, por éso El no nos pide que ahondemos en misterios interesantes de saber, pero que no tienen mayor repercusión en nuestro avanzar evolutivo, que es lo que realmente importa pues "La comprensión que el hombre tiene de la realidad de la experiencia del culto está principalmente determinada por el estado de desarrollo de su alma inmortal evolutiva. El crecimiento espiritual del alma, tiene lugar de manera totalmente independiente de la autoconciencia intelectual.El culto verdadero, en último análisis, se convierte en una experiencia llevada a cabo en cuatro niveles cósmicos: el intelectual, el morontial, el espiritual y el personal: la conciencia de la mente, el alma y el espíritu, y su unificación en la personalidad.66"
Más que tratar de conocer los atributos de Dios, debemos poner nuestro énfasis en sentirlo en nuestro corazón, no como algo distante y difícil de alcanzar, sino buscarlo en nosotros mismos, porque "el hombre mortal debe, a través del reconocimiento de la verdad, de la apreciación de la belleza, y de la adoración de la bondad, debe evolucionar el reconocimiento de un Dios de amor y luego progresar a través de niveles ascendentes de deidad a la comprensión del Supremo. La Deidad, habiendo sido comprendida así como unificada en poder, puede entonces ser personalizada en el espíritu, para la comprensión y logro por parte de la criatura.641" y esto no se consigue ni con el intelecto, ni tampoco con la oración, sino mediante la experiencia única de sentir a Dios en nosotros, como una necesidad no de cumplir un mandato, sino como la experiencia personal de tener nuestro propio Pentecostés, nuestra propia unificación con nuestro Espíritu residente.
"La moralidad de las religiones de evolución impulsa a los hombres hacia adelante en la búsqueda de Dios, por el poder motivado por el temor. Las religiones de revelación atraen a los hombres a buscar a un Dios de amor, porque anhelan hacerse semejantes a él. Pero la religión no es solamente un sentimiento pasivo de «absoluta dependencia» y «certidumbre de supervivencia»; es una experiencia viviente y dinámica de logro de la divinidad, basada en el servicio de la humanidad. El grande e inmediato servicio de la verdadera religión es el establecimiento de una unidad perdurable en la experiencia humana, de una paz duradera y de una confianza profunda. 67"
Jesús cuando conversaba con Ganid le explicó con mucha claridad cual era nuestra misión: "no puedes revelar a Dios a los que no lo buscan; no se puede conducir al regocijo de la salvación a las almas que no quieren ser salvadas. Es necesario que el hombre llegue a anhelar la verdad como resultado de las experiencias de la vida, o que desee conocer a Dios como resultado del contacto con la vida de los que han conocido al Padre divino, antes de que otro ser humano pueda actuar como medio para conducir a ese mortal al Padre celestial. Si conocemos a Dios, nuestra tarea verdadera en la tierra es vivir de modo tal que el Padre pueda revelarse en nuestra vida, y así todas las personas que buscan a Dios verán al Padre y pedirán nuestra ayuda para averiguar más acerca del Dios que de ese modo encuentra expresión en nuestra vida.1466" Sin el servicio hacia la humanidad, sin la ayuda silente de nuestro ejemplo no hay evolución real.
El conocimiento sin la práctica puede transformarse en un lastre que impida nuestra verdadera espiritualidad, porque nadie busca lo que ya cree poseer y además el exceso de conocimiento puede transformarnos en orgullosos que menospreciamos y apabullamos a los que saben menos. El otro día aprendí de un amigo que "la enseñanza debe ser como una llovizna que refresca y no como un chaparrón que arrolla" tengamos cuidado con nuestros conocimientos, tengamos tino al querer entregar la enseñanza, porque ella no nos pertenece, sólo somos los mensajeros, recordemos que "el orgullo oscurece a Dios. Si quieres obtener la ayuda del cielo, aparta tu orgullo; cualquier indicio de orgullo obstruye la luz salvadora, como si fuera una gran nube. Si no tenéis rectitud adentro, es inútil que oréis por lo que ha quedado afuera. `Si oigo tus oraciones, es porque vienes ante mí con el corazón limpio, libre de falsedades y de hipocresías, con un alma que refleja la verdad como un espejo.1451"
yolanda silva solano