Motor de vida...

Soy como un viejo motor diesel...

movido por impulsos sentimentales...

aquellos surgidos de situaciones efímeras...

Como esos viejos motores Perkins,

necesito éter, mezcla vitamínica...

de vida, amor, ternura, caricias, calor...

motivaciones inequívocas que aportan a mi encendido...

fuerza suficiente para el arranque diario y continuado...

Y como ellos, ante la pronunciada ...

y tortuosa pendiente de la vida...

me cuesta coronarla dia a dia...

Aprovecho la suave pendiente...

para acelerar mis movimientos...

encontrando, en este viaje diario,...

surtidores complementarios de ese coctel sugestivo...

que repostan mi agotado deposito...

contenedor de corazón, alma y espíritu...

formativo de mi propio yo interno...

Mientras el resto, mirando a mi alrededor...

completan la autopista de la vida...

en potentes motores de inyección directa sentimental...

Modernos aportes que dosifican...

inteligentemente los componentes...

regulando, cual calculador mágico...

situaciones, hechos...

para una marcha paulatina y potente...

Dominan los imprevisibles

y fugaces momentos decadentes...

y continúan la ruta de su propio destino...

conduciendo magistralmente, sentimientos...

Llego el momento de jubilar, desguazar...

este viejo e intuitivo motor sentimental...

He decidido sustituirlo por modernos y sofisticados...

inyectores directos, motores de ilusión, sabiduría...

y complemento de fuerza, que aporte...

poder, velocidad, dirección, ser y existir cotidiano

a mi propia realidad...

Continuare, la ruta de la vida...

con la misma carrocería...

aunque recién pintada, lacada y lavada...

con impecable bomba de inyección directa argumental...

Todo esto, comprende mi despertar...

Desde hoy, soy un viejo coche...

pero con nuevo y moderno propulsor...

este es mi nuevo yo...