La Quinta Revelación nos dice que no nos desalentemos “porque sean cuales fuesen los errores que puedan cometer vuestros semejantes, en la organización del mundo de hoy, el evangelio de Jesús, gobernará este mundo en una era futura. El propósito final del progreso humano, es el reconocimiento reverente de la paternidad de Dios y la materialización amante de la hermandad de los hombres. 1608"

 

Ante los embates catastróficos tanto naturales como espirituales del mundo actual, nuestra fe y confianza en Dios debe aumentar, porque debemos tener la convicción, que “la predicación persistente de este evangelio del reino, traerá algún día una nueva e increíble liberación. Libertad intelectual y libertad religiosa a todas las naciones. 1932." porque  “sea cual fuese el conflicto aparente, entre materialismo y las enseñanzas de Jesús, podemos estar seguros que en las eras por venir, las enseñanzas del Maestro triunfarán plenamente 2076" y esto lo debemos creer con firmeza desde lo más íntimo de nuestros corazones, pues bien sabemos el poder que tiene nuestra mente, especialmente cuando está acompañada del sentimiento y la fe de que nuestro Padre nos ama.

 

 "El reino de la hermandad divina, aun está vivo y saldrá finalmente y con certeza de su largo letargo, con tanta certeza como surge finalmente la mariposa después de su metamorfosis 1866."  porque la evolución puede ser lenta, pero es tremendamente eficaz 900" por eso tengamos paciencia, no dudemos que este evangelio del reino triunfará, sobre todos los enemigos y finalmente será proclamado a todas las naciones.1913"

 

En estos tiempos caóticos, debemos superar las vibraciones de temor y desaliento, porque “cuando se acumulan las nubes, nuestra fe debe aceptar el hecho de la presencia del Espíritu residente y junto a él deberíamos poder contemplar más allá de las nieblas de la incertidumbre mortal, el brillo claro del sol de la rectitud eterna 1194" pues "el Padre Universal no se ha retirado de la administración de los Universos, el no es una Deidad inactiva. 55"

 

Es esta confianza y este optimismo, el que debe impregnar nuestras ansias, no sólo de vivir nuestra propia religión de vida, sino que también debe inundar nuestro deseo, de transmitir a otros la buena nueva del evangelio, porque “no se puede recibir tanto y no dar nada 435" por tanto  "es nuestra misión, ayudar a los hombres a que solucionen sus problemas espirituales y de esta manera, agilicen sus mentes, para encontrarse mejor preparados e inspirados, para resolver sus múltiples problemas materiales. Demasiadas veces, ha prevalecido la tendencia de asignar a Dios, toda la responsabilidad de todo lo que el hombre no puede comprender 1662" por eso, mientras más grandes sean nuestras aflicciones y las del mundo, más debemos confiar en el amor de nuestro Padre, porque “la religión debe llegar a ser una realidad de nuestra experiencia personal. 1610"

 

Y esta realidad de nuestra experiencia personal debe ser gozosa, porque Jesús nos dijo que “no quería ser recordado como un varón de dolores. Las futuras generaciones deben conocer también, nuestra alegría radiante, el entusiasmo de nuestra buena voluntad y la inspiración de nuestro buen humor. Proclamemos un mensaje de buenas noticias, contagioso en su poder transformador. Una felicidad en crecimiento constante, es siempre la experiencia de todos los que están seguros de Dios.1766" por éso, la mayor contribución, que podemos hacer al futuro de nuestro planeta, es aportar nuestras vibraciones de empatía, alegría y de amor, porque el amor es contagioso...y es más fuerte...

 

Desgraciadamente, en este momento la humanidad, ha caído en el simple impulso de vivir y ha trastocado los verdaderos valores, el consumismo obliga a trabajar muchísimo, para poder consumir todo lo que los medios nos ofrecen y esta fiebre es devoradora y agota, no queda tiempo para la comunicación con nuestros seres queridos, originando así, ese tremendo vacío interior que produce la incomunicación dentro de la familia, que es de donde se derivan, todas las lacras sociales que nos afligen, como el alcoholismo y las drogas, porque ellas pretenden ser el sustituto de la soledad, de la falta de cariño. La gran mayoría de los padres, por la prisa en que se vive, nos hemos convertido en buenos proveedores, pero a la vez, en compañeros ausentes para nuestros hijos. La peor de las soledades, es la que se vive acompañada, la que nace de la incomunicación y es la que está viviendo gran parte de la población.

 

Nosotros, hagamos un alto en nuestras vidas, y escuchemos la voz de nuestro Espíritu que nos guía, para vivir nuestra vida como verdaderos hijos de Dios, no más quejas inútiles sobre la injusticia, seamos nosotros más justos... no más hablar contra la guerra, hablemos de la paz y vivamos en paz, encendamos una velita... en vez de maldecir la oscuridad, porque “el individuo que conoce a Dios se enfrenta a todos los obstáculos y triunfa sobre ellos, los supera mediante su fe viva y alcanza las alturas de la experiencia a pesar de ellos.1126"

 

Cuando aprendemos a ver a Dios, en los sitios donde nunca antes lo habíamos visto, cuando él está presente en las cosas ordinarias del diario vivir, cuando se despierta nuestra capacidad de asombro ante lo que creíamos saber, cuando sintiendo nuestra pequeñez como seres finitos, somos capaces de confiar que con Dios todo es posible... entonces, nuestra conciencia se expande y el mundo tiene sentido, porque hemos encontrado el sitio para lo espiritual y sagrado sin desvincularlo de la realidad mortal del día a día.

 

Cuando la religión nos permite reconocer la verdad, en las cosas no vistas y escuchar los mensajes a través del lenguaje no hablado, quiere decir que hemos encontrado nuestra religión viva y personal, la única trascendente y verdadera que nos permite afrontarlo todo sin miedo, porque hemos encontrado a Dios, no fuera sino dentro de nosotros y por nosotros mismos. El sentir a Dios, nos da la serenidad para creer que el mundo tiene sentido, a pesar del caos. El tomar conciencia de lo que ocurre, nos ayuda a no ser extremistas en nuestros juicios y en nuestras reacciones, porque comprobamos que nada es abiertamente malo, ni nada es perfectamente bueno y que los problemas sólo se solucionan cuando se asumen.

 

 yolanda silva solano