"Para comprender lo que es un verdadero sabio, se precisa deshacerse de la
imagen del ermitaño que se retira del mundo y que; de vez en cuando, sale
de su soledad para proferir ante los demás algunas palabras edificantes.
¿Cómo ayudar a los humanos si no se les comprende? ¿Y cómo comprenderles,
si no se vive entre ellos para conocer sus dificultades y sus sufrimientos?
Que de vez en cuando se tenga la necesidad de alejarse un poco para
reencontrarse y recargarse es normal y es necesario, para poder estar
nuevamente disponible. Pero también, hay que ser consciente de que; incluso
cuando se está solo, los demás existen y que en el momento en el que se les
vuelve a encontrar, hay que estar atento, vigilante y perspicaz.
Contrariamente a lo que muchos imaginan, el sabio no mira a los otros de
lejos. Al contrario, sabe adentrarse en la situación de todos; y es por
ello que es profundo en sus observaciones, mesurado en sus opiniones y
equilibrado en sus actos. Nos preguntaremos: «¿Pero hasta dónde se puede
llegar de ésta forma?» Hasta el infinito."
Omraam Mikhaël Aïvanhov