Entiendo que el chismorreo lastima a los demás, pero
dime, ¿cómo nos lastima a nosotros mismos?
No puedo decirles lo mucho que aprecio las opiniones y el diálogo que
emerge de sus correos electrónicos. Y para responder la pregunta...
Aparte de la naturaleza obviamente hiriente del chismorreo, del que
lastima a las personas de las cuales se está chismeando, estamos
causando un daño irreversible a nosotros mismos, de dos maneras:
Cuando chismorreamos sobre otra persona, toda la Luz espiritual,
la energía que obtenemos de nuestras acciones amables, influencias
positivas, generosidad, conexión con el Creador, etc., se transfiere
inmediatamente a la persona acerca de la cual estamos chismeando.
En otras palabras, podemos hablar de quien queramos, pero el precio
que pagamos es la retribución que obtenemos por nuestro diligente
trabajo espiritual. Es casi como una bonificación que hacemos a
la persona de la cual estamos hablando. Es irónico, ¿verdad?
Así que si te encuentras trabajando duramente en un nivel espiritual pero
sientes que obtienes pocos resultados, puede ser que te hace falta
comprobar cuál es el grado de tu chismorreo. No estoy diciendo que
sea la única explicación para no sentirse vigorizado
en este camino, pero es un factor importante.
El segundo es un peligro más sutil. Si estás chismorreando sobre
otras personas, las estás juzgando. Y todo el juicio que les dirigimos
regresa a nosotros. No hay forma de huir de eso. No hay ningún juicio
que pueda venir a nosotros que nosotros no hayamos dirigido antes a otras personas.
De la misma forma, si te encuentras siendo juzgado innecesariamente,
pregúntate a quién y cuánto has estado juzgando. La conclusión final
es que tendemos a infravalorar el poder de nuestras palabras. Lo que
sacamos hacia fuera regresa a nosotros, y sin domicilio del remitente.
Esta semana, controla tu lengua. Piensa dos veces antes de hablar.
Tal como mi madre dice a menudo: "Ojalá fuéramos tan cuidadosos
con lo que sale de nuestra boca como lo somos con lo que entra".
Todo lo mejor,
Yehudá
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