En lo personal me gusta más el término compartir que enseñar, porque este último pareciera que nos pone un escalón más alto que nuestro interlocutor , que es precisamente lo que Jesús nos aconseja no hacer, porque la mejor manera de llegar a los demás, es teniendo la empatía necesaria para pensar en lo que la persona necesita escuchar, más que en lo que a nosotros nos gustaría decir. Con esta actitud estamos renunciando a nuestro ego que con demasiada frecuencia mete la cola cuando queremos transmitir la enseñanza y se nos olvida que no es nuestro el reino, pues sólo somos sus embajadores.
Tomemos como ejemplo a Jesús, a cada uno le hablaba de manera que pudiera comprender. "Al molinero le enseñó cómo moler el grano de la verdad en el molino de la experiencia viva, para que las cosas difíciles de la vida divina, resultaran fácilmente aceptables aun entre los más débiles de nuestros semejantes. Jesús dijo: «Da la leche de la verdad a los que son niños en percepción espiritual. En tu ministerio viviente y amoroso sirve alimento espiritual, en forma atractiva y adecuada a la capacidad receptiva de cada uno de los que te pregunten. 1474"
"Da la leche de la verdad a los que son niños en percepción espiritual. En tu ministerio viviente y amoroso sirve alimento espiritual en forma atractiva y adecuada a la capacidad receptiva de cada uno de los que te pregunten." Me he permitido repetir la recomendación porque es como para no olvidarla, pues según mi propia experiencia, muchas veces en vez de atraer a nuevos lectores del LU los alejamos al pretender que lean y comprendan su Prólogo, el cual si somos honrados, ni nosotros mismos podemos hacer, porque nuestra mente finita no tiene el alcance para hacerlo y de ésto está consciente el Consejero Divino de Orvotón que lo relata, cuando dice:" Conocemos plenamente las dificultades de nuestra tarea; reconocemos la imposibilidad de traducir plenamente el idioma de los conceptos de la divinidad y la eternidad a los símbolos de un idioma de conceptos finitos de la mente mortal. Pero sabemos que reside dentro de la mente humana un fragmento de Dios y que permanece con el alma humana el Espíritu de la Verdad; también sabemos que estas fuerzas espirituales se conjuran en facilitar al hombre material para que capte la realidad de los valores espirituales y entienda la filosofía de los significados universales. Pero con certeza aún mayor, sabemos que estos espíritus de la Presencia Divina son capaces de ayudar al hombre en la apropiación espiritual de toda verdad que contribuya al mejoramiento de la realidad en constante progreso de la experiencia religiosa personal y la conciencia de Dios.17"
Pero este proceso de comprensión y de fe necesita tiempo, debemos recordar que "el reino del cielo es también como un hombre que echa buena semilla sobre la tierra; y mientras dormía por la noche y hacía su trabajo durante el día, la semilla brotó y creció, y aunque no sabía cómo eso había ocurrido, la planta dio fruto. Primero hubo una hoja, luego una espiga, finalmente el grano entero en su espiga. Y cuando el grano estuvo maduro, trajo su hoz, y fue el fin de la cosecha. El que tiene oído para oír, que oiga. 1693" Las almas, al igual que la semilla, necesitan tiempo para ir asimilando lenta y paulatinamente las cosas divinas, pues "Los hombres no hallan al Supremo en forma repentina y espectacular como un terremoto abre abismos en las rocas, sino que lo encuentran lenta y pacientemente como un río que va desgastando quietamente su lecho.1291"
Otro de los ejemplos que debemos tener en cuenta al compartir la enseñanza, es aquel que "Jesús utilizó la primera y única parábola que tenía que ver con su propio oficio:la carpintería. Al advertir que es necesario «establecer buenos cimientos para el crecimiento de un carácter noble con dotes espirituales», él dijo: «Para dar frutos del espíritu, debéis haber nacido del espíritu. Debéis ser enseñados por el espíritu y ser conducidos por el espíritu si queréis vivir una vida llena de espíritu entre vuestros semejantes. Pero no cometáis el error del tonto carpintero que pierde tiempo valioso encuadrando, midiendo y cepillando su madera carcomida por los gusanos e interiormente podrida y luego, después de haber puesto tanto de su trabajo en esta viga inútil, tiene que rechazarla puesto que no es adecuada para los cimientos del edificio que va a construir, el cual debe ser capaz de resistir los embates del tiempo y las tormentas. Que todo hombre se asegure de que los cimientos intelectuales y morales de su carácter, tengan la fuerza necesaria para aguantar adecuadamente la superestructura de la naturaleza espiritual ennobleciente y en expansión, la cual transformará a la mente mortal y luego, en asociación con esa mente recreada, alcanzará el desarrollo del alma de destino inmortal. Vuestra naturaleza espiritual y el alma conjuntamente creada, es un crecimiento viviente, pero la mente y los sentimientos morales del individuo constituyen la tierra, de la cual han de brotar estas manifestaciones más elevadas del desarrollo humano y del destino divino. El suelo del alma en desarrollo es humano y material, pero el destino de esta criatura combinada de mente y espíritu, es espiritual y divino1737"
Tengamos pues paciencia y mucha fe cuando nos dispongamos a compartir la enseñanza, pues "el hombre no se une con el Supremo sumergiendo su identidad personal, pero las repercusiones universales de la experiencia de todos los hombres forman parte de esta manera de la experiencia divina del Supremo. «La acción es nuestra las consecuencias, de Dios».1286 De lo que sí podemos estar seguros es que "ninguna experiencia valiosa ocurre jamás en vano, ningún significado verdadero perece jamás"1200 porque "todas las cosas son sagradas en la vida de los que son conducidos por el espíritu. 1732" por tanto cada uno de nosotros debería ser " más que conquistadores, aun fuentes colmadas de inspiración y de un vivir elevado para todos los hombres. La religión es tan sólo un humanismo exaltado, hasta que se la haga divina mediante el descubrimiento de la realidad de la presencia de Dios en la experiencia personal. El ganar almas para el Maestro, no es la primera milla de expansión, debe haber la convicción que la enseñanza es la que transformará al hombre y a este mundo, pero hay la segunda milla de servicio libre y devoción amante de la libertad, que corresponde a los jesuísticos que salen para captar a su hermano en amor y guiarlo espiritualmente hacia el fin más alto y divino de la existencia mortal. El cristianismo aun ahora recorre voluntariosamente la primera milla, pero la humanidad languidece y tropieza en las tinieblas morales porque hay tan pocos corredores genuinos para la segunda milla. Son pocos los seguidores profesos de Jesús que realmente viven y aman así como él enseñó a sus discípulos a vivir, amar y servir. El llamado a la aventura de construir una sociedad humana nueva y transformada por medio del renacimiento espiritual de la hermandad del reino, debería causar emoción a todos los que creen en El como nunca han estado emocionados los hombres, desde los días en que caminaban por la tierra como sus compañeros en la carne"
¿Nuestro corazón está lleno de éste entusiasmo??????
yolanda silva solano
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