El autocontrol significa reconocimiento y responsabilidad personal por lo que se hace en determinado momento y circunstancia, porque como en "este estado mortal, nada puede ser probado en forma absoluta1139" ni " nada de lo que toque la naturaleza, puede ser considerado infalible.1768"por tanto continuamente deberíamos estar tomando decisiones. Esto es válido tanto para lo material como para lo espiritual, por eso nosotros deberíamos a desterrar de nuestro vocabulario la palabra nunca, porque al decirla nos estamos limitando la posibilidad de experimentar nuevas experiencias, que son las que realmente le dan vida a nuestra existencia.
Jesús nos recomendó que nos fuésemos "ni místicos pasivos, ni ascetas insulsos.1931" porque no es lo que comemos o lo que decimos lo que nos acerca a la divinidad, sino lo que hacemos en forma consciente, porque cuando algo se convierte en hábito, no nos sirve, pues "hasta la virtud, si se la lleva a los extremos puede convertirse en vicio.1673" Nuestra conducta, nuestra moral no deben regirse por las normas establecidas, ni por los mandatos de autoridad, sino por nuestra conciencia y discernimiento, que son capaces de evaluar cada situación en la forma debida, porque es este juicio interno lo que hace la diferencia entre autocontrol y autonegación. Una usa el don del libre albedrío, la otra usa el sacrificio y la obediencia a lo que otros opinan.
"En un mundo en continuo cambio, en medio de un orden social en evolución, es imposible mantener propósitos rígidos y establecidos de destino. La estabilidad de la personalidad, tan sólo puede ser experimentada por los que han descubierto y abrazado al Dios viviente como meta eterna de alcance infinito. El transferir de este modo el propio objetivo del tiempo a la eternidad, de la tierra al Paraíso, de lo humano a lo divino, requiere que el hombre se regenere, se convierta, nazca nuevamente; que se vuelva el hijo recreado del espíritu divino; que gane el ingreso en la hermandad del reino del cielo. Todas las filosofías y religiones que no llegan a estos ideales, son inmaduras. La filosofía que yo enseño, vinculada con el evangelio que vosotros predicáis, representa la nueva religión de la madurez, el ideal de todas las generaciones futuras. Y esto es verdad porque nuestro ideal es final, infalible, eterno, universal, absoluto e infinito.1775"
Jesús durante toda su vida nos dió ejemplo de providad y justo medio, El no temió comer con los fariseos, ni conversar con la samaritana. Tampoco dejó de comer carne o beber vino para estar en comunión con su Padre, porque no es lo que hacemos lo que tiene realmente importancia, sino el estado mental consciente con lo cual lo hacemos. "Algún día el hombre debería aprender a gozar de la libertad sin licencia, de la alimentación sin glotonería y del placer sin libertinaje.977" y borrar así, esa austeridad y sacrificio que las religiones imponían a quienes buscaran la espiritualidad. "El renunciamiento surgió como paso siguiente en la evolución religiosa; el ayuno era práctica común. Pronto se tornó costumbre negarse muchas formas de placer físico, inclusive los de naturaleza sexual. El rito del ayuno estaba profundamente arraigado en muchas religiones antiguas y ha sido heredado por prácticamente todos los sistemas teológicos modernos de pensamiento. La pobreza era tan sólo una parte del rito de la mortificación de la carne que, desafortunadamente, quedó incorporado en los escritos y enseñanzas de muchas religiones, especialmente del cristianismo. La penitencia es la forma negativa de este rito, frecuentemente tonto de renunciamiento. 976"
"El sacrificio como parte de las devociones religiosas, como muchos otros ritos de adoración, no tuvo un solo y sencillo origen. La tendencia de inclinarse ante el poder y de postrarse en adoración en presencia del misterio, está anticipada en el servilismo del perro frente a su amo. Hay un solo paso entre el impulso a la adoración y el acto del sacrificio. El hombre primitivo medía el valor de su sacrificio por el dolor que sufría. Cuando la idea de sacrificio se unió primeramente a la ceremonia religiosa, no se contemplaba ninguna ofrenda que no produjera dolor. Los primeros sacrificios eran actos tales como arrancarse los cabellos, cortarse la piel, mutilaciones, extracciones de dientes y cortarse los dedos. A medida que avanzó la civilización, estos conceptos crudos de sacrificio fueron elevados al nivel de ritos de autoabnegación, ascetismo, ayuno, deprivaciones y la doctrina cristiana más reciente de santificación mediante el sufrimiento, la pena y la mortificación de la carne. 977"
La religión del espíritu que Jesús nos trajo, vino a derrumbar todos estos mitos, porque un padre no necesita ver sufrir a sus hijos para sentirse amado, porque su voluntad es que todos los seres humanos seamos perfectos y no puede haber perfección posible si no hay alegría de vivir, por algo Jesús al ver contentos a sus apóstoles le dijo: "me complace presenciar vuestra alegría y esparcimiento, pero debéis regocijaros aún más porque muchos entre vosotros entraréis en el reino venidero del espíritu, en el cual disfrutaréis más abundantemente de las cosas buenas del reino del cielo. A los que curiosean y me critican en su corazón porque he venido aquí a alegrarme con estos amigos, sabed que he venido a proclamar gozo a los socialmente afligidos y libertad espiritual a los cautivos morales.1541"
Cuando uno hace lo que le gusta, aún cuando le puede costar, es un autocontrol totalmente positivo que nada tiene que ver con el renunciamiento obligatorio. " La vida humana consiste en tres grandes impulsos: ímpetus, deseos y atracciones. Un carácter fuerte, una personalidad imponente, se adquiere tan sólo mediante la conversión del impulso natural de la vida en arte social del vivir, transformando los deseos presentes en esos anhelos más elevados que son capaces de un logro duradero, mientras que la atracción común de la existencia debe ser transferida de las propias ideas convencionales y establecidas a los dominios más elevados de las ideas no exploradas y de los ideales no descubiertos.1773·
Aprendamos a aumentar nuestro autocontrol que nos da la libertad de elegir que hacer y estemos atentos a la autonegación, porque llevada a los extremos se convierte en masoquismo religioso. Si ni podemos hacer lo que nos gusta, aprendamos a amar lo que hacemos, así no nos estaremos sacrificando en vano.
yolanda silva solano
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