"Al igual que el espacio, el tiempo es una dádiva del Paraíso, pero no en el mismo sentido, sino tan sólo indirectamente. El tiempo se produce por virtud del movimiento y porque la mente está intrínsecamente consciente de lo secuencial. Existen tres niveles diferentes de conocimiento del tiempo:
1.- Tiempo percibido por la mente: conciencia de secuencia, movimiento, y sentido de duración.
2. Tiempo percibido por el espíritu: discernimiento del movimiento hacia Dios y conciencia del movimiento de ascensión hacia niveles de divinidad en aumento.
3. La personalidad crea un singular sentido del tiempo mediante el discernimiento de la Realidad, más una conciencia de presencia y la noción de duración.
" Los animales sólo conocen el pasado y viven en el presente. El hombre habitado por el espíritu tiene poderes de previsión (discernimiento); puede visualizar el futuro. Sólo las actitudes progresistas y que miran hacia adelante son personalmente reales 135"
El tiempo es nuestro mejor aliado en nuestra evolución espiritual, siempre y cuando sepamos utilizarlo a nuestro favor, pues "la personalidad de la criatura mortal puede eternizarse mediante la autoidentificación con el Espíritu morador, a través de la técnica de elegir hacer la voluntad del Padre. Dicha consagración de la voluntad, es equivalente a la realización de la eternidad-realidad de propósito. Esto significa que el propósito de la criatura se ha vuelto fijo en cuanto se refiere a la sucesión de los momentos; dicho de otra manera, que la sucesión de los momentos no presenciará ningún cambio en el propósito de la criatura. Un millón o mil millones de momentos, no significan una diferencia. El número ha cesado de tener significado en cuanto al propósito de la criatura. Así, la elección de la criatura más la elección de Dios actúan en las realidades eternas, de la unión perdurable del espíritu de Dios y la naturaleza del hombre en el servicio eterno de los hijos de Dios y de su Padre del Paraíso.1295" porque "lo finito del tiempo, contiene dentro de sí mismo, las semillas de la eternidad, pues lo que el hombre lleva consigo como posesión de la personalidad, son las consecuencias para el carácter de la experiencia de haber usado los circuitos de la mente y del espíritu del gran universo en su ascensión al Paraíso. Cuando el hombre decide, y cuando consuma esta decisión en acción, el hombre obtiene experiencia, y los significados y los valores de esta experiencia son por siempre parte de su carácter eterno en todos los niveles, desde el finito hasta el infinito. El carácter cósmicamente moral y divinamente espiritual, representa la acumulación de capital de la criatura de decisiones personales que han sido iluminadas por la adoración sincera, glorificadas por el amor inteligente, y consumadas en servicio fraternal.1287"
La eternidad la vamos alcanzando minuto a minuto con nuestras intenciones conscientes y sinceras, porque "ninguna experiencia valiosa ocurre jamás en vano, ningún significado verdadero perece jamás 1200" de allí que no es tan importante lo que hacemos, como lo que tratamos de hacer, aprovechando el pasado para enriquecer el presente, porque "los seres humanos infaliblemente se desalientan cuando ven únicamente las transacciones transitorias del tiempo. El presente, cuando está divorciado del pasado y del futuro, se torna exasperantemente trivial. Tan sólo un vislumbre del círculo de la eternidad, puede inspirar al hombre a dar lo mejor de sí y llevar lo mejor que hay en él a su máxima expresión. Y cuando el hombre de este modo llega a su mejor potencial, vive de la manera más generosa para el bien de los demás, de sus semejantes transeúntes en el tiempo y en la eternidad.1777
" Existe una relación directa entre la madurez y la unidad de la conciencia del tiempo en cualquier intelecto determinado. La unidad de tiempo puede ser un día, un año o un período más prolongado, pero inevitablemente es el criterio por el cual el yo consciente evalúa las circunstancias de la vida, y por el cual el intelecto que concibe mide y evalúa los hechos de la existencia temporal. La experiencia, la sabiduría y el juicio son los concomitantes de la prolongación de las unidades del tiempo en la experiencia mortal. A medida que la mente humana piensa hacia atrás en el pasado, evalúa la experiencia pasada con el propósito de aplicarla a la situación presente. Cuando una mente va hacia el futuro, intenta evaluar el significado futuro de una acción posible. Habiendo así tomado en cuenta tanto la experiencia como la sabiduría, la voluntad humana despliega una decisión y juicio en el presente y el plan de acción así nacido del pasado y del futuro se vuelve existente. En la madurez del yo en desarrollo, el pasado y el futuro se unen para iluminar el verdadero significado del presente. A medida que el yo madura, busca la experiencia cada vez más atrás en el pasado, mientras que sus pronósticos de sabiduría intentan penetrar cada vez más profundamente en el futuro desconocido. A medida que el ser que concibe extiende su alcance cada vez más lejos, tanto en el pasado como en el futuro, del mismo modo su juicio se vuelve cada vez menos dependiente del presente momentáneo. De esta manera la acción de tomar decisiones comienza a escaparse de las cadenas del presente transitorio, empezando a la vez a tomar aspectos de significación pasado y futuro.1296
Aprendamos a valorar el tiempo en nuestras vidas, hagámos de él algo productivo que nos enriquezca tanto en el sentido espiritual como en el material, porque mientras estemos envueltos en nuestro ropaje humano, lo espiritual y lo material deben estar totalmente unidos. "mientras os dedicáis a la obtención de las realidades eternas, debéis también disponer para las necesidades de la vida temporal.1778"
yolanda silva solano