.
r
"Se gesta el advenimiento de una nueva especie humana"
Dra. Thérése Brosse
La doctora cardióloga Thérése Brosse, una joven y vital octogenaria, presentó en Madrid su obra Conciencia-energía, en la que se recogen las bases científicas de una reciente y vanguardista ciencia, el holismo, que considera al hombre en su totalidad. Esta investigadora es una de las pioneras del último paradigma admitido en la ciencia actual: la existencia de una conciencia universal, de naturaleza energética, por encima de los dos niveles hasta ahora considerados como únicos constituyentes del ser humano (el psíquico y el fisiológico). Brosse habla de los descubrimientos en el campo de la microfísica como evidencia irrefutable de esta teoría. Pregunta. ¿Por qué se interesó en un dominio tan controvertido, considerado incluso metafísico, como el de la conciencia?
Respuesta. Todo comenzó en 1934, cuando era jefa de Cardiología Clínica en la facultad de Medicina de París, en donde realizaba registros eléctricos de anomalías del aparato circulatorio. Allí pude observar que una actividad mental simple originaba una regularización cardiovascular, mientras que si el paciente era conmovido por el miedo a no realizar una tarea más difícil, los desórdenes se acentuaban. Sabiendo que las emociones venían del diencéfalo y que el estado intelectual estaba en relación con la corteza-cerebral, era evidente que la puesta en juego, desde el punto de vista estructural evolutivo, regulaba automáticamente y, sin ningún esfuerzo otro inferior (el diencéfalo en este caso).
Fue entonces cuando me planteé si no habría un tercer nivel que regulase al intelectual o mental y, por ende, al resto. Esta inquietud fue parcialmente calmada cuando, en tres misiones científicas a la India, efectué registros en los yoguis y aprecié que ellos trascendían de la dualidad psicosomática: había, pues, un tercer nivel, puramente energético, conocido no sólo hace 7.000 años por los vedas, sino también por los físicos. La conciencia pasó a ser, a partir de ese momento, objeto de mis investigaciones."La conciencia es un vacío cuántico"P. ¿Quiere decir que la física tiene puntos en común con la filosofía oriental?R. Efectivamente. La conciencia no es más que un vacío cuántico.
El físico suizo Lawrence Domash, por ejemplo, afirma que la conciencia pura es la última esencia del universo, comprendido el universo físico. En realidad, la evolución de la ciencia ha descubierto la conciencia gracias a sus experimentos sobre la materia: los resultados de la física cuántica, relativa a ondas y partículas, es exactamente lo mismo que experimentan los místicos en su vida interior.
La investigación sobre la naturaleza de partículas menores a los cuantas, descubiertos por Planck, presuponen divisiones cada vez mayores, hasta llegar al dominio de lo universal. En este sentido, el físico Stephan Lupasco ha definido un sistema energético microfísico, que se encuentra en todos los demás sistemas, en todas partes, jugando un papel de catalizador y de, origen mismo del resto de los niveles.
Si a ello se añade el hecho de que el estado cuántico de la materia es también tributario de la conciencia del observador, que todo en el mundo es energía y la equivalencia entre materia y energía (ya postulada por Einstein), nos encontramos con un nivel energético supremo y universal. La conciencia, así, ha sido expresada en el lenguaje de las matemáticas como un operador y, en términos cuánticos, como una función de onda. Para la tradición oriental tántrica, en cambio, es una fuerza eterna, que se expresa tanto en el hombre como en el universo; una energía consciente, ya que la conciencia es energía.
|